Consejos para sobrellevar a los jefes

En el post de Nostalgia me comentaba Noemí que urgía una guía de supervivencia para semejantes situaciones adversas y sin embargo empeorables. Me pongo manos a la obra para extraer de mi experiencia unos consejos destinados a todos los que ven teñirse de negro su entorno laboral.

Dentro de las posibles situaciones los factores de inteligencia y bondad de los jefes determinan el nivel de negritud de la situación. Esta clasificación tiene cierta similitud con el cuadro que se comentó en inteligencia por favor. En este caso la combinación de los cuatro posibles casos permite definir las siguientes estrategias de actuación.

Jefe bueno y listo

Es la situación ideal de la muerte pero desgraciadamente en clara extinción. Se recomienda dar gracias a Dios y disfrutar de esta jefatura mientras dure ya que suele ser efímera dado que es un perfil que no encaja bien en las estructuras.

Jefe bueno pero tonto

Aunque la falta de inteligencia no facilita la vida laboral si se compensa con la buena fe del jefe la situación no es tan negra. Siempre se le puede ayudar al jefe a hacer su trabajo sin el temor de una mala pasada.

Jefe Listo pero malo

Esta situación ya empieza a ser adversa. Se le recomienda huir si es posible hacia entornos de bondad. Como esto no siempre es posible se puede sobrellevar con prudencia y paciencia. Hay que ser más receptivo a las actividades que vienen de la parte inteligente que las que vienen por el lado perverso. Estos jefes tienden al esfuerzo mínimo y encargarán las maldades a los más receptivos y el trabajo a los más pringados. Siempre cabe la opción de pasarse al lado oscuro y ser uno de los suyos, pero eso más que sobrevivir es ser vencido por el mal.

Jefe tonto pero malo

Este es el caso más adverso y el primer consejo es HUIR a cualquiera de los tres casos anteriores, que con gran diferencia son muchos mejores. Si no es posible encontrar una puerta de salida hay que pasar al plan B. Lo primero es trabajar la invisibilidad, es decir, mantener un perfil bajo de actividad y no dejarse ver. Si esto no es posible por el trabajo que se realiza entonces hay que entrar en una economía del esfuerzo y no discutir para no desgastarse (de donde no hay, no se saca). Se abandonará toda tentación de proactividad, pasando a una pasividad total. Está totalmente desaconsejado suministrarle ideas o darle consejos, ya que tendrán un efecto bumerán. Puede ayudar mucho el hacerse el tonto como bien dice Fernando: "La gente, y en especial los jefes, están siempre predispuestos a creer que el otro es tonto, así que no se necesita mucho esfuerzo. Ayuda mucho a la invisibilidad y a pasar por debajo del rádar". Se aconseja la alianza con los compañeros en la desgracia que ayudará al desahogo y la autodefensa. Se recomienda cierto marketing para crearle una marca personal de incompetencia a quien pudiera interesar. Es conveniente dejar de lado la lealtad, la sinceridad, y cualquier sentimiento de piedad hacia su persona ya que el objetivo primordial, si no se puede huir de este jefe, debe ser su cese.

Espero que estos consejos sean de utilidad. En mi caso he sufrido durante más de un año un jefe tonto y malo con el que he conseguido una invisibilidad y pasividad increíble dada mi tendencia hacia la acción. Afortunadamente he encontrado una puerta para huir, pero eso como decía Scheherazada lo contaré otro día.

Lula

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