El lejías
Esta semana hablé con él por teléfono y sigue siendo el mismo aunque hayan pasado unos cuantos años. Lo conocí cuando era becario, un becario de los que no pasan desapercibidos. El mote se lo ganó a pulso por vestir unos pantalones vaqueros desgastados artificialmente con lejía. Pero no era el color de los vaqueros lo que más nos llamaba la atención a las chicas, sino lo increíblemente ceñidos que estaban sus pantalones a su...