A GUARDA - Episodio I: El viaje

Seis parejas y uno de non. El non lo era por partida doble, primero porque no cumplía el patrón de los chicos, consistente en ser de la misma promoción de cierta ingeniería, y segundo porque su esposa no había podido apuntarse a la excursión. El objetivo del viaje era la visita a una bodega gallega que incluía la degustación de unos estupendos caldos para acompañar una no menos sugerente comida basada en fruti di mare -como dice la rama familiar italiana-. No entro en detalle sobre los fruti ya que podría despertar la envidia de más de uno y no quiero ser la causa de ningún sentimiento negativo. Ahora bien, sí puedo decir que no fuimos capaces de vaciar todos los platos, lamentándolo cuando ya no tenía remedio.

La organización del viaje fue rigurosa, dada la minuciosidad de los ingenieros -que no pueden dejar nada en aras de la improvisación-, pero como el destino es caprichoso, sucedieron tres eventos que indujeron a errores de cálculo imperdonables en tan sesudos caballeros. El primero de ellos fue causado por la incertidumbre creada por una de las parejas, la cual utilizaba un modo de transporte diferente al resto del grupo; esto nos obligaba a sincronizarnos en algún punto. La segunda circunstancia perturbadora consistió en la velocidad de crucero del autobús que alquilamos para el grupo. La tercera y más imperdonable es que no se llevaba una ruta exacta del lugar de destino. Estas tres circunstancias desembocaron en que no cumplimos el hito de llegar a las bodegas a las 14:00 según la planificación, a pesar de habernos levantado a las 6 de la mañana.

Desde el principio vi que no estaba de Dios el llegar a la hora, pero me cuidé muy mucho de decirlo para que mi marido no me llamara ceniza. El punto de encuentro donde nos esperaba el autobús era Moncloa , más concretamente en La Gallina(1) , Una de las parejas, que suele ser muy puntual, llegó 45 minutos tarde a la cita. Mal presagio. Partimos las cinco parejas y el non camino de A Guarda. Por la carretera de la Coruña íbamos a una media de 87km/h, pero como había trafico se consideró una velocidad normal para la zona. Pasado el túnel de Guadarrama estaba todo nevado y se disminuyó la velocidad, que continuaba considerándose normal por las circunstancias. Cuando ya no había nieve ni coches y el autobús iba a su velocidad punta de 87 km/h ya se dejó de considerar normal y empezaron las murmuraciones, que en el caso de Fitipaldi, acostumbrado a conducir a 250 km/h, rayaban en la desesperación más desgarradora. A esa velocidad de vértigo hay que añadir que el conductor cada 2 horas tenía que hacer una parada técnica de 20 minutos, debido al reglamento. Los ingenieros empezaron a recalcular la hora de llegada en este nuevo entorno (2), y dijeron sentenciosamente: llegamos a las 15:30. Más adelante sabrán a qué hora llegamos, no hay que anticiparse a los acontecimientos.

La pareja que por razones que no vienen al caso utilizaba otro medio de transporte, más aéreo, tenía previsto llegar a las 11:00 a Vigo. Esta pareja de intensa vida social, cuya agenda está totalmente ocupada a 6 meses vista -y que de ahora en adelante llamaremos los comprometidos- fue objeto de murmuración debido a la envidia cochina que provocaban a los viajeros del autobús por su temprana llegada al destino. Pronto cesaron las murmuraciones y poco duró la envidia, ya que una llamada suya de teléfono nos sacó del error: llegarían bastante más tarde. Calcularon dónde podían coincidir nuestras trayectorias y quedamos en encontrarnos a las 14:30 en el cruce de la carretera(3) con Porriño. Tal y como estaba previsto, nuestras trayectorias se cruzaron en el lugar y hora calculada.

Ya estábamos en el autobús las 6 parejas y el non pero faltaba responder a una sencilla pregunta: ¿Dónde estaban las bodegas?. Serpenteando por carreteras comarcales, en las que el autobús aminoró su marcha, más si cabe, el tiempo pasó inexorablemente y el reloj marcó las 15:30 dejando sin validez el último cálculo realizado. El hambre y la desesperación hacían estragos entre los viajeros. Después de preguntar a los lugareños, llegamos a las bodegas a las 16:00, donde al fin vimos satisfechas nuestras ansias de disfrutar de una buena comida regada por un buen vino.

Continuará....... Próxima entrega: Episodio II: La estancia (o similar)

Lula

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(1) La Gallina es la estatua de un Águila Imperial (por supuesto) sobre una columna próxima a los soportales de Moncloa y frente al antiguo Ministerio del aire, ahora integrado en el Ministerio de Defensa.
(2) Recuerden aquellos problemas que decían: un tren sale de Valladolid a una velocidad de 90Km/h....
(3) En este caso el problema es : Un autobús sale de Madrid en dirección A Guarda a las 8:00 circulando a una velocidad constante de 87Km/h y cada 2 horas hace una parada de 20 minutos. Por otro lado un avión sale de Madrid en dirección Vigo llegando a la hora D. Una pareja que llega en ese avión coge un taxi en dirección A Guarda. ¿En que punto se cruzan sus trayectorias?. Solución: Porriño