El corpimensor

Comentaba Telémaco en su post Estudio antropométrico el largo mínimo de la falda para no enseñar "las vergüenzas" en lugares públicos. Ilustraba el post una escena de un hombre sentado en el metro frente a una mujer. Los ojos del hombre buscaban intensamente el punto de convergencia de la parte superior de las piernas femeninas. Esto me recordó...

Él era grandote, algo fofo y con calva incipiente. Su despacho estaba en mi mismo pasillo y coincidíamos a menudo en la máquina de café. Cuando me cruzaba con él podía sentir su sucia mirada recorriendo mi cuerpo. Al principio me reservé mi opinión pensando que eran imaginaciones mías, pero la imaginación no tiene una naturaleza tan repetitiva. Pasado un tiempo comenté a una compañera la extraña forma de mirar del sujeto y pude comprobar que ya éramos dos las que pensábamos lo mismo.

Lo comentamos dentro del grupo de chicas del proyecto y el sentimiento de incomodidad al encontrar esa mirada era unánime. Nuestros cuchicheos transcendieron a la parte masculina de nuestro entorno próximo. Ellos corroboraron que se habían percatado de esa mirada acechadora. Uno de los chicos fue quien le puso el ingenioso mote que eclipsó su nombre para siempre.

El autor del mote es un ingeniero políglota(1) y experto lingüista que aunando ingenio y fondo de vocabulario dio con el término exacto "el corpimensor" para describir la mirada más sucia a este lado de la M-30. Aunque esta palabra no figure en la RAE, bien pudiera expresar el oficio de mirar detenidamente un cuerpo hasta determinar la medida exacta de un traje de madera.

El corpimensor desapareció de nuestra vida para nuestro alivio. Fue curioso que su equipo de trabajo se rebelase por su mala gestión y se quejase al mismísimo consejero delegado. Como eran otros tiempos se destituyó a el corpimensor(2) que deambuló cabizbajo por los pasillos unos seis meses hasta que un día se despidió del trabajo.

Con el tiempo lo que fue su despacho se convirtió en una zona abierta y ya no queda nada de lo que nos causó tanto desasosiego.

Nota de la autora: Mientras que escribía este post, se me adelantó Telémaco (a pesar de llevar la piedra a cuestas) y publicó El Catoblepas. Hubiera sido digno de ver las miradas cruzadas del Catoblepas y el Corpimensor

Lula

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(1) Es co-autor de una gramática de swahili
(2) Hoy día un prenda como el corpimensor estaría destinado a la gloria y a los que protestaron les habrían castigado por su osadía.