El enunciado

Los exámenes en la Universidad de las carreras técnicas se basan en "enunciados" que describen problemas a los que hay que dar una solución. Es por tanto muy importante que los profesores definan el problema de forma clara y concreta, evitando ambigüedades, datos redundantes o superfluos(1). A los alumnos, por su parte, les corresponde comprender la descripción del ejercicio para resolverlo de forma acertada y conseguir la nota suficiente para obtener los créditos ansiados.

Los exámenes son la medida de los conocimientos adquiridos y de la capacidad de saber aplicarlos por el estudiante en un supuesto concreto. Son, presuntamente, una preparación de los alumnos para su vida laboral en la que tendrán que resolver todo tipo de problemas(2) y tomar decisiones. Pero ¿qué ocurre cuando se deja atrás la vida académica para entrar de lleno en el mundo del trabajo?

Cuando se inicia el camino de la vida laboral(3) se abandona una realidad basada en la lógica para adentrarse en el mundo de los intereses. La vida se complica un poco más que en la Universidad(4), y existen nuevas reglas que hay que conocer para "aprobar" las tareas encomendadas. En este caso hay que saber leer entre líneas los "enunciados" de los trabajos asignados que siempre ocultan información y variables de entorno.

La destreza del neófito trabajador en el arte de interpretar lo que se espera de él repercutirá en el factor de progresión en su carrera profesional. La interpretación al pie de la letra de los encargos traerá efectos secundarios y será fuente de complicaciones. La vida laboral es como el juego del mus en el que una cosa es lo que los jefes dicen (las apuestas) y otra lo que esperan que se haga (las cartas que se juegan), pero con la dificultad añadida de que no existen señas (5).

Recientemente, en la asignatura que imparto en la Universidad, pusimos un problema en el que se solicitaba a los alumnos la realización de un árbol de decisión para determinar la opción más ventajosa para una empresa. Un estudiante desarrolló perfectamente el árbol de decisión pero eligió lo más perjudicial para la empresa. Se le dio por mala la respuesta por no haber comprendido el enunciado. Sin embargo, esta decisión en el mundo laboral le hubiera reportado pingües beneficios y un coeficiente de progresión profesional estupendo.

Por ese motivo los mejores estudiantes no llegan nunca a las cimas de las empresas. El rigor en la interpretación de los "enunciados" de sus trabajos es un handicap insalvable para leer entre líneas, agravado por su falta de experiencia de jugar al mus en la cafetería de la Universidad.

Lula

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(1) Cuando la voluntad del profesor es conocer lo que el alumno sabe. En otros casos, cuando se busca subir el listón para que sólo pasen unos pocos, el enunciado está repleto de sutiles apreciaciones solo al alcance de la perspicacia de unos pocos
(2) Las malas lenguas los llaman marrones.
(3) Generalmente como PBC (P.... Becario de los C......)
(4) No en vano, en la Universidad se paga por estar, mientras que en el trabajo te pagan y eso redunda en la pérdida de calidad de vida para que la felicidad nunca sea completa en este valle de lágrimas.
(5) Imagínese el lector cómo se podría interpretar que el jefe le guiñe un ojo a sus colaboradores, o les haga un gesto con la lengua.