El flautista de Hamelín

Hay personas que conciben ideas y son capaces de llevarlas a cabo con tesón. Ellos son los que hacen que el mundo progrese, generalmente para bien. Su vida es fructífera y su huella permanece más allá de su existencia. Se les suele admirar y en muchos casos envidiar y se dan casos en que han sido suplantados por otros que los han despojado de la fama y del dinero.

Una buena idea genera siempre entusiasmo, pero llevarla a término requiere el esfuerzo de mucha gente guiada por una persona(1) que reúna una serie de cualidades necesarias para hacerla realidad, entre ellas, el ingenio para crear algo nuevo, la habilidad de vender la idea, la capacidad de crear entusiasmo, la destreza de definir las metas, la pericia de organizar el trabajo, la maña de resolver situaciones imprevistas y finalmente el arte de no decaer hasta llegar al final. Pocas personas se ajustan a este perfil completo pero muchas intentan suplantarlo.

Los flautistas de Hamelín son especialistas en intentar asumir la parte más fácil y provechosa de este perfil, la que transcurre desde vender la idea hasta la de crear entusiasmo, el resto de las fases pierden interés para ellos por su incapacidad para llevarlas a cabo. Por tanto, estos flautistas no son creativos ni perseverantes, solo precisan tener mucho morro y muy pocos escrúpulos.

Estos pillos tañen como nadie la dulce flauta de la persuasión, acompañada de gestos entusiastas de venceremos, prometiendo el paraíso en la tierra para los que le sigan. Los que se dejan arrastrar por tan prometedoras expectativas les espera un largo camino sin retorno, lleno de piedras, que suele desembocar en el desierto de la desesperanza y la desilusión.

En épocas no muy lejanas, en la burbuja de Internet, tuvieron su máximo esplendor y fueros escalando posiciones mientras sembraban la desolación a su paso. Se despedían de sus fieles seguidores muy compungidos diciendo: "me voy(2) para no veros sufrir" o "No me voy, me llevan(3)". Algunos han sobrevivido durante todo este tiempo con la misma técnica. Otros, como el Guadiana, aparecen y desaparecen. Lo sorprendente es que desde arriba se siga confiando en ellos y se perpetúe la financiación de sus despropósitos pero lo que no tiene explicación es que sean capaces de reclutar víctimas(4) .

¡Qué suerte he tenido con eso de ser dura de oreja! Nunca he sabido apreciar la dulzura de sus melodías de ambición.

Lula

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(1) En algunos casos son dos como Sergey Brin y Larry Page de Google
(2) Con el riñón bien cubierto
(3) A un sitio mejor donde vosotros no tenéis cabida
(4) De ahí la importancia de conocer la historia, hasta la más inmediata.