MONOGRAFICO: EL MANDO INTERMEDIO


I-Los parásitos del ecosistema laboral

Son parásitos por excelencia de la empresa moderna, que se instalan en los neurotransmisores entre la dirección de verdad y los currantes de verdad y chupan la sangre, en forma de nómina mensual, oscureciendo la comunicación entre los que dan el callo y los que ponen la cabeza para que se la corten.

El mando intermedio, que suele tener cargos de nombre ambiguo como "Jefe de Área" o "Responsable de Sección" no pega ni brote porque para eso están los currinchis, ni tampoco toma decisiones ni asume responsabilidades porque para eso está la Dirección General. Limítase este espécimen a resumir como Dios le da a entender lo que le dice un extremo de la comunicación deformando a su gusto, interés y antojo el mensaje, cual los esperpénticos espejos cóncavo/convexos de "Las Bravas"(1), asistir a reuniones con otros mandos intermedios para "coordinarse", así como a denigrar a sus subordinados ante sus jefes ("si es que no trabajan", "no tienen iniciativa") y a sus jefes ante sus subordinados ("la dirección no tiene un rumbo claro", "no NOS valoran", "a ver si cambian al director").

A pesar de parecer materia inerte que no reacciona con el entorno, sí que tienen una función clara: tramitar todo tipo de burocracias inútiles, actuando cual estiércol en las fértiles tierras de las grandes empresas y administración para aumentar la cosecha de papeles en forma de correos electrónicos impresos.

Allí donde existan cargos intermedios, indefectiblemente aparecerán como hongos informes semanales y mensuales de seguimiento sin otra audiencia que la ya sobrecargada de información Dirección General (que, como indica el cargo intermedio, para eso está, para leerse los informes), aunque numerosos en páginas y prolijos en detalles, los cuales no habrán sido redactados por el cargo intermedio, sino que serán un apelotonamiento informe (corta y pega, en lenguaje del Office, tan claro al mando intermedio) de lo que producen el jueves por la tarde a última hora los currinchis (que, como también indica el cargo intermedio, para eso están).

La función de "corta y pega" que desarrolla el cargo intermedio es asimétrica en sus partes y simétrica en su totalidad. Explícome para buen entendimiento del lector: la suma de informes de seguimiento de subordinados tiene más de "corta" que de "pega", ya que las notificaciones de problemas, retrasos y peticiones de ampliación de recursos de la plebe son inmisericordemente recortadas para no molestar a la Dirección General con minucias y lloriqueos de los subordinados. En contrapartida, las peticiones y/o exigencias de la Dirección General reciben un tratamiento también asimétrico, cargando esta vez las tintas en el "pega", esto es, añadiendo puñetitas diversas (la mayoría de ellas asémicas como las referencias a la excelencia y la calidad) y recortando los plazos previstos de entrega para "tener un margen". De esta manera, al final del mes se han equilibrado los "corta" con los "pega" y todos felices.

Los viernes suelen coincidir con el día de mayor actividad para los cargos intermedios, ya que es necesario ganarse la manduca haciendo perder una hora (o dos) a los subordinados en la "reunión de seguimiento matinal" de forma que tenga "material" para la "reunión de seguimiento vespertina" con sus propios jefes. La reunión matutina se caracteriza por el aburrimiento generalizado, ya que todo está dicho a lo largo de la semana entre jefe intermedio y subordinado, si bien el jefe intermedio procura darle "vidilla" intercalando la frase "hazme un informe de esto", "¿has hecho el informe semanal?" con hilos de vana esperanza del tipo "esta tarde mismo planteo al director lo de las máquinas que os faltan", "lo del baño que no funciona ya lo están arreglando", "me han dicho que el software está de camino".

La reunión vespertina suele ser más viva y divertida para el observador externo, ya que hay sobreabundancia de información (cinco cargos intermedios recopilando información por la mañana dan para mucho de explicar el viernes por la tarde), y broncas divertidas entre jefes intermedios (las famosas responsabilidades cruzadas entre unidades). A una hora indeterminada de la tarde, el jefe supremo que realmente asume la responsabilidad acaba aburriéndose, dice lo de "para el viernes que viene quiero este problema solucionado" y se levanta la sesión sin que los problemas de verdad se hayan tratado, porque como indicará el jefe intermedio a sus subordinados el lunes por la mañana, "no estaba el horno para bollos" y "teneMOS que hacer un esfuerzo esta semana aunque no estén las máquinas porque el gran jefe ha dicho que lo quiere para el jueves, hacedme un informe de qué NOS falta por hacer".

El profe

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(1) Los espejos de "Las Bravas" en los que se reflejaba Max Estrella en "Luces de Bohemia"