MONOGRAFICO: EL MANDO INTERMEDIO


V-El mando intermedio metrosexual

Está perdiendo vigencia el dicho de “el hombre y el oso, cuanto más feo más hermoso” desde que algunos especímenes del género masculino han empezado a mostrar interés por su cuidado corporal. Desde el cuerpo danone a golpe de gimnasio hasta el interés por el feng-shui y la cocina creativa del País Estilo, pasando por una depilación a la cera hasta los dedos de los pies. Este tipo de hombres busca la perfección estética, les gusta la pulcritud y el orden y huyen de los hábitos comúnmente llamados “viriles”(1), excepto la atracción por las formas femeninas.

La actitud del metrosexual también se refleja en su forma de trabajar, pero sobre todo en las áreas en las que desarrolla su carrera profesional. En su natural hacer, poco orientado a la brusquedad viril, tenderá a buscar las jefaturas intermedias que se encuentren lo más alejadas posibles de la primera línea de fuego y orientadas a las cuestiones laterales con gran futuro, pero nulo presente, como la gestión de la calidad, de los activos intangibles o la pomposamente denominada “gestión del conocimiento” o "knowledge management"(2). Igualmente pueden dedicarse a las relaciones institucionales o a la estrategia. Asimismo, le apasionan las áreas de definición de procesos, BPR(3), la inteligencia emocional, la evaluación de 360º y las técnicas de negociación. Cuando trabaja en algún proyecto, será en el Datamining o en el Datawarehouse, pero hasta que se da cuenta la dirección general que eso sirve para algo, momento en que se pasa la jefatura a un “testosterónico”.

Un pequeño porcentaje de metrosexuales prefiere actividades más creativas y se dedican a la innovación en papel, también llamada "paperware", o en el extremo, “vaporware” o al diseño gráfico(4), pero siempre alejados de la cruda realidad, es decir, la aplicación práctica de su trabajo brilla por su ausencia. En ambos entornos pueden derrochar prosa huera o estética vana, sin perjuicio a terceros, más allá de las reuniones a las que el “testosterónico” envía a perder el tiempo a algún gris inútil para el trabajo a pie de trinchera.

No es especialmente “esforzado” ni mucho menos “trepa”. Es más bien “enchufado” y “pasivo/sumiso”. Su truco para sobrevivir es dar valor a su trabajo, realizar presentaciones powerpoint atractivas(5) y mantenerse lo más alejado posible de la vida real. Es de trato agradable ya que su actitud ante el trabajo se encuadra en el orden y en el buen rollito: o sea, una nulidad para realizar trabajo de verdad en los tiempos que corren.

Como jefe, congenia bien con sus colaterales hembras y con sus colaboradoras(6). A ellas les encanta su aspecto físico y el rastro perfumado que va dejando su loción, su gusto por el orden, su educación, sus modales, sus atenciones y ese trato tan suave. Nadie como ellas saben apreciar la estética de sus pepetes(7). Cuando su inmediato superior es mujer, se llevará bien, aunque a las “esforzadas” y las “trepadoras” les sabe a muy poco como jefe y se les queda en un diente, con lo cual huyen de él para caer en las garras del “testosterónico”, que es el que lleva el trabajo de verdad, ya que ambas saben que el impulso hacia arriba sale de remover los barriles de mierda que se manejan en la primera línea de fuego y no de ponerse la túnica de los procesos.

Al igual que las hembras, no simpatiza con el “testosterónico” pero por diferente motivo. Aunque como hombre tiene separada la función de racionalidad de la de obediencia y está capacitado para no contrariar al “testosterónico”, se resiste a adaptarse a la extensa jornada laboral impuesta por el tiranuelo, que le impide asistir diariamente a un gimnasio y la explicación de que “porque me sale a mí de los cojones” le resulta excesivamente grosera y zafia, se puede ser jefe, pero no grosero(8). Por otro lado, hay que destacar el profundo desprecio que sienten por el metrosexual los “machos grises” que lo consideran un mariconcete al que encima le gustan las mujeres y les hará la competencia con esas asquerosas lociones after-shave con textura de crema Nivea que tan bien les parece a ellas(9).

Con esta descripción del mando intermedio metrosexual, hecha al alimón(10) entre “El profe” y “Lula” en un alarde de trabajo colaborativo bipartito entre Madrid-Barcelona, cerramos la taxonomía de los mandos intermedios vistos desde el lado femenino, masculino y neutro, o el “ni carne ni pescado”, que denomina el profe.


El Profe y Lula o Lula y el Profe, que tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando.

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(1) Incluso bajan la tapa del WC cuando terminan de hacer pis.
(2) Los testosterónicos y sus grises suelen interpretar la gestión del conocimiento como el directorio compartido donde se meten todos los documentos y archivos, desde el código ejecutable hasta las fotos del partidillo de futbito donde se le partió la tibia al defensa del proyecto enemigo.
(3) BPR: Business Process Reengineering, técnicas para justificar la reducción de personal y justificar el ERE.
(4) Estos últimos llevan coleta, son delgaditos y visten con ropa ancha moderna.
(5) Los casos patológicos utilizan “freehand” en su flamante Mac incompatible con los PCs Windows, Linux o el servidor Unix de que se sirven el testosterónico y sus huestes.
(6) Término que significa subordinada, con cierto matiz de personal ajeno.
(7) Presentaciones Powerpoint, originario del sonido de la extensión de estas presenciones: ppt.
(8) Por el contrario, para el macho gris, es la explicación más clara y diáfana del motivo para hacer las cosas.
(9) Ya desde pequeñitos, tanto el testosterónico como los grises, sienten aversión a las cremas de textura lechosa o aceitosa. El lector puede ejercitarse en la playa reconociendo testosterónicos y grises por su rojo gamba o los jirones de piel dejados en la indefectible muda. No siempre será correcta la apreciación, porque parte de ellos se quedan en el bar a la sombra mientras mujeres y niños se bañan y untan.
(10) AL ALIMÓN (modo adverbial). Manera de torear en cierta suerte en que manejan el capote entre dos toreros. Se emplea en lenguaje corriente informal con el significado de «conjuntamente» o «en colaboración» (Fuente Maria Moliner)