El nuevo principio de PETER

Todo el mundo cuando conoce el principio de Peter, tiende a creer en él, siempre se piensa en tal o cual jefe incompetente diciendo "seguro que como currito era estupendo". Pero no es así, normalmente los jefes incompetentes eran curritos también incompetentes, y los que no cumplen esta norma son la excepción. De hecho el propio Peter, intenta demostrar su principio sin conseguirlo. Por eso inventa las figuras del arabesco lateral y la percusión hacia arriba (creo que se llamaban así, pero hace ya muchos años que lo leí y no me acuerdo muy bien), para explicar las excepciones, pero si se piensa bien, no son las excepciones sino el caso habitual. Todo ello nos lleva a enunciar el principio de Peter inverso

"Toda persona mayormente humana, tiende a medrar en su carrera profesional hasta alcanzar su nivel de competencia"

La naturaleza humana nos empuja al ascenso, pero también a ser felices y estar a gusto con el puesto que desempeñamos, por ello un humano competente es reacio a aceptar un puesto para el que es incompetente, sin embargo una persona incompetente intentará ascender a toda costa. Y tal como dice el refrán "quien la sigue la consigue", así que la evolución natural de los incompetentes es el ascenso y la de los competentes el permanecer en su puesto, a nos ser que crean que pueden desempeñar mejor el nuevo puesto (tendencia a la competencia).

La inteligencia, la honestidad y la sensatez, son cualidades humanas necesarias en los eslabones más bajos de la cadena jerárquica. Un currito debe ser inteligente y sensato para hacer bien su trabajo y honesto para no engañar a sus jefes y tener una buena relación con sus compañeros. Estas cualidades dejan de ser necesarias en los escalones más altos de la jerarquía, sustituyéndose por la astucia, la habilidad dialéctica y el empuje, que algunas personas de mente estrecha nominan como estulticia, embustería y insensatez.

De nuevo de forma natural, las personas con estas últimas cualidades, hacen cualquier cosa para ascender, pisoteando a los demás si fuera menester, así se aproximan a los niveles para los cuales están mejor preparados.

Hasta ahora hemos hablado de los elementos endógenos que hacen que las personas tiendan a alcanzar la competencia mediante el ascenso; pero también los hay exógenos.

Cuando un jefe propone a uno de sus subordinados para ocupar un puesto superior al que tiene, no le conviene en principio deshacerse de una persona competente por mucho motivos, a saber, si esa persona desarrolla correctamente su trabajo va a tener que sustituirla por otra que seguramente lo va a hacer peor, lo cual le perjudica directamente, es preferible desembarazarse de alguien incompetente. Tampoco interesa que una persona que nos puede hacer sombra ocupe un nivel igual al nuestro, porque podría ser promocionado en nuestro lugar, de nuevo es preferible tener un compañero incompetente y tener a los buenos tapados por uno mismo.

El único caso en el que el ascenso de uno de los curritos, no afecta a su jefe, es cuando éste se va, entonces suele promocionarse, no al más competente, sino al más pelota y que más se deja ver, de nuevo estas personas son del segundo grupo.

Hasta ahora hemos visto cómo las personas competentes tenderán a estabilizarse en los escalones bajos, mientras que las incompetentes seguirán ascendiendo. Pero en la sociedad actual cada vez hay personas más preparadas para ascender (con virtudes inhumanas), porque las estamos educando para ello; y por otro lado el número de jefes en algunas empresas es inferior al de curritos, eso hace que exista un desequilibrio claro y que haya muchos curritos incompetentes y sin embargo exista mucha competencia por la incompetencia.

Esto nos lleva a plantear la paradoja del talento: si hay muchas personas con capacidad para ocupar cargos directivos, al seleccionar dichos cargos puede existir la tentación de seleccionar a aquellos menos incompetentes (partimos de la base de que todos los competentes se quedan de currito), de esta forma tendremos unos cargos intermedios adecuados, pero la alta dirección no podrá ser cubierta por los candidatos idóneos, porque estos seguirán en el paro.

Es importante pues en la selección de recursos humanos seleccionar a candidatos buenos, medianos, malos y sobre todo a los peores, y además en las proporciones adecuadas a nuestra estructura, de esta forma la carrera profesional se desarrollará con normalidad, no tendremos quejas constantes de curritos incompetentes que quieren ascender, y por otro lado tendremos bien cubierta la sustitución de la alta dirección.


En el fondo el principio de Peter es tan aceptado por la envidia de los incompetentes (que somos mayoría como hemos visto) que se consideran más idóneos que su jefe para el cargo de éste (y quizá sea verdad por ser más incompetentes), y también por los ejemplos que da. Pero ¿quién no se acuerda de ese compañero de clase que era un zote y ahora lo vemos por la tele como director general de no se qué empresa?; ¿quién no se acuerda de esa promoción en la que se ha nombrado al que a nuestro entender era el peor candidato?; ¿Acaso estas personas eran competentes en su puesto anterior?. No nos engañemos, quitando los casos anómalos que se explican por la paradoja del talento (y en los que por supuesto estáis todos incluidos) el principio de Peter inverso es el que se aplica en la realidad.

El mundo está dominado por los mediocres y gobernado por los peores entre ellos. ¿Cómo se explica si no que los dos países más poderosos del mundo se pelearan por ver quien era capaz de destruir más veces el mundo con sus petardos nucleares? ¿Cómo explicar que cuando estoy acabando este relato esté dando gracias a Dios porque no se han caído las Windows en este rato, y, sin embargo, sea el sistema operativo "único" en el mundo?

El forense

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