El Yugo

Íbamos camino de Ulises(1), lugar que frecuentamos desde los tiempos en que vivía Franco, cuando detectamos que habían abierto un sitio nuevo, llamado El Yugo. La curiosidad, superior a la fidelidad, nos empujó al unísono hacia la novedad. El sitio en cuestión era una taberna andaluza, de pequeño tamaño y con una disposición que recordaba a una caseta de la Feria de Abril de Sevilla. A la derecha había una barra que terminaba en una pequeña cocina. Al fondo a la izquierda estaban los baños, siendo el tamaño de las dos puertas, algo así como dos metros, el espacio entre la pared y la barra en la que nos teníamos que acomodar los parroquianos.

El tabernero resultó ser un gaditano saleroso que, ayudado por su mujer y el hijo de ella, atendían a los clientes con mucha deferencia. Servían una generosa cantidad de gélida manzanilla(2) de barril en un no menos frío catavinos, acompañándola con una cumplida tapa (gratis) de embutido ibérico. No sé si por la fresca manzanilla o por la exquisita tapa o por la buena conversación, el tiempo pasaba sin sentir, mientras íbamos vaciando uno tras otro los catavinos. Salimos mucho más contentos que entramos y prometimos volver en la próxima ocasión que se nos presentara.

Volvimos a la semana siguiente llevando a la rama familiar italiana. Franco, que así se llama nuestro primo romano, es un entusiasta de los vinos españoles entre ellos la manzanilla. Nos disponíamos a iniciar la primera ronda, cuando dijimos ¡Franco!, ¿Qué tomas?. En este momento, el tabernero casi cayó en éxtasis al oír tal nombre, preguntando quién era el que así se llamaba. Entonces vimos la luz y comprendimos el origen del nombre de la taberna El Yugo, al que sin duda le faltaban las flechas(3). Surgió una corriente de simpatía entre el tabernero y el romano que dio lugar a un trato más generoso, si cabe, en el despacho de bebida y comida.

Ni que decir tiene que El Yugo nos subyugó y que empezamos a frecuentarlo asiduamente. Entablamos cierta familiaridad con el tabernero y familia llegando a conocer poco a poco los episodios de su vida. El primer día en que no lo encontramos detrás de la barra, nos dijo su mujer que tenía guardia en el ambulatorio, resultando ser el primer caso que conocíamos de médico-tabernero.
Comentamos que preferíamos su faceta de tabernero a la de médico, cruzando los dedos para no encontrárnoslo en una urgencia.

Como buen gaditano, tenía una gracia singular para contar historias. De las muchas que nos contó recuerdo la de "los guindillas", como él llamaba a la Policía Municipal. Resultó que un día le paró la Policía Municipal y ante el temor de que le hicieran la prueba de alcoholemia, se saltó el control. "Los guindillas" salieron tras él en persecución y le dieron alcance en un garaje en el que se había escondido. Le hicieron salir del coche y al cachearlo resultó que portaba un arma, tras múltiples regateos verbales termino en la comisaría, donde tuvo que ir su santa esposa a recogerlo. Lo que más le dolía era que "unos guindillas" le hubieran dado caza, si al menos fuera la Guardia Civil...

Pero el tabernero-doctor se empezó a cansar de estar detrás de la barra. Primero se situó en la zona de clientes, alternando como un parroquiano más. Luego con la excusa de conocer la competencia, se recorría los otros bares de la zona. Su mujer tenía que asumir junto con su hijo toda la carga de trabajo. La situación fue empeorando y un día nos encontramos la taberna cerrada sin tener ocasión de despedirnos de ellos. Franco no ha vuelto a encontrar en todo Madrid un sitio en el que se sintiera mejor que en El Yugo, ¡porca miseria!

Lula

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(1) Prometo otro día hablar de él.
(2) Vino amarillo pajizo cuyo contenido en alcohol oscila entre los 14-16 grados. Pertenece a la denominación de origen de Jerez y está envejecido en Sanlúcar de Barrameda. Tiene una resaca más benigna que el vino Fino de Jerez, por lo que está muy generalizado su consumo en la Feria de Abril de Sevilla.
(3) Aclaración para los lectores del otro lado del Atlántico: El yugo y las flechas era el símbolo de la Falange Española de las JONS.