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ENCASTE VEGA-VILLAR

16-Febrero de 2006

En esta ocasión, para hablar del encaste Vega-Villar, ha visitado la Asociación del Toro de Madrid Victorino Martín García, hijo del famoso ganadero de Galapagar, Victorino Martín de Andrés . A pesar de su juventud, es una persona de palabra fácil en sus exposiciones y también con muchas tablas para tirar de recursos dialécticos con el propósito de salir airoso de cuantos compromisos trataron de ponerle los aficionados asistentes a la conferencia. Esta escuela supongo que la habrá adquirido al ser el responsable de una de las ganaderías más de actualidad que existen en la cabaña brava.

Defiende por encima de todo a los ganaderos honrados y por otro lado mostró un grado de indefensión de la fiesta mientras siga en manos de personas incompetentes que no saben aplicar la ley, o no les interesa, para sacarla del bache en que se encuentra, en manos de depredadores y gente que lo único que les mueve son los intereses económicos evitando en todo momento cumplir con lo que dictamina la ley.

Cree igualmente, que los dirigentes de los estamentos taurinos se han dormido en los laureles y no han ido al ritmo de los tiempos, dejando de aplicar nuevos métodos con el propósito de poner a la fiesta en el lugar que se merece. Al salir el tema del afeitado, su punto de vista es que la solución es bien fácil, ya que existen hoy en día aplicaciones informáticas con las cuales sería muy fácil llevar a cabo un control exhaustivo de las astas de los toros, que detectaría con mucha precisión todo efecto de manipulación. Solo hace falta que quieran poner al día la legislación vigente.

Coincide también en la opinión de otros ganaderos en relación al cambio que se produjo en el toreo a principios de siglo, buscándose desde entonces un tipo de toro que sirviera para los tres tercios. En el siglo XIX, los toros eran de mucho poder pero no servían para la muleta, con lo cual muchos tuvieron que ajustar sus ganaderías con Saltillo para suavizar la acometividad del ganado. Una muestra, comenta, la llevó a cabo el anterior propietario de su ganadería, José Bueno , hablamos del encaste de Albaserrada , antes de comprar lo de este encaste, tuvo ganado de Vázquez y compró Saltillo con el propósito de adecuar la ganadería a las necesidades de los tiempos.

En cuanto al tema por el cual ha sido invitado, relacionado con el encaste de Vega-Villar, se debe a que en el año 1.995, la familia Martín compró una punta de ganado a la familia de Arturo Sánchez Cobaleda , con procedencia Vega.-Villar, más conocido por el sobrenombre de los "Patas Blancas", lidiándose desde esa fecha a nombre de "Monteviejo", que junto a la que ya poseen, que deriva del encaste de Albaserrada y Santa Coloma, conocidos popularmente como los "Vitorinos", pastan en fincas de la Provincia de Cáceres. Mas que de encastes le gusta hablar de razas, y este tipo de toro lo considera como una de las riquezas existentes en la actualidad en la cabaña brava. La idea original de la familia Vitorino era adquirir sangre de Concha y Sierra , pero al final no fructificó la idea, de la misma forma que su idea era adquirir menos reses, pero al final lo dividieron en lotes y por sorteo le tocó la más numerosa.

El encaste Vega-Villar, fue creado en 1.910 por un ganadero díscolo, llamado José Vega, de San Lorenzo del Escorial , que tuvo la bendita osadía de cruzar vacas de sangre Vazqueña, procedentes de D. Cristóbal Colon y Aguilera (XV Duque de Veragua) con un semental de Santa Coloma, para lo cual adquirió unos machos al mencionado conde procedente de Saltillo, elegidos por el propio Sr. Vega, para lo cual compró un hierro de un ganadero de reses mansas. En 1.914, vendió la ganadería a los hermanos Francisco y Vitorio Villar, de ahí el nombre del encaste, los cuales poseían una finca en Valladolid, al parecer donde posteriormente tuvo la ganadería Molero. Por problemas económicos, a principios de los años veinte, los dos hermanos dividieron la ganadería y Victorio Villar la vendió a José Encinas Fernández, ganadero de Salamanca y por otra parte, Francisco Villar la mantuvo hasta 1.928, año que le vendió su parte a Arturo Sánchez Cobaleda, que a continuación la traslada hasta su emplazamiento final en la finca de Salamanca llamada Terrubias. A partir de aquí, ambos lotes van a sufrir una modificación en su comportamiento, ya que cada propietario imprimió su sello personal al ganado adquirido. Lo que compró Encinas se volvió más pastueño, sin embargo Arturo Sánchez Cobaleda siguió más en la línea de su procedencia origina, es decir el toro con un poquito de más picante.

Ese ganadero muere en 1.942 y la ganadería queda dividida entre sus cinco hijos D. Manuel, D. Ignacio, D. Jesús, Dª. Pilar y Dª. Maria Sánchez Cobaleda.

Por la parte de su hijo D. Jesús, anuncia la ganadería con el nombre de Barcial, que era el nombre de la finca a donde fueron trasladados los toros, en el término de San pedro de Rozaos, Salamanca y al fallecer éste en 1.970, pasa a sus herederos, con el mismo nombre, cuyo propietario es D. Arturo Cobaleda González, al cual compró la familia Victorino la mitad de la vacada mencionada.

Hace posteriormente el contertulio una breve exposición de las distintas ganaderías en las cuales se fue disgregando el encaste Vega-Villar, unas existentes en la actualidad, otras han ido desapareciendo con el tiempo.

Por otro lado, al dividirse la ganadería en los cinco lotes, D. Manuel se quedó con el hierro, y lidia sus toros a nombre de Sánchez Cobaleda y es propietaria su sobrina, Pilar Majeroni, dueña igualmente de los lotes que le correspondieron a María y Pilar Sánchez Cobaleda, que se anuncian como Terrubias y Castillejo de Huebra . En la actualidad Terrubias tiene solo encaste Santa Coloma procedente de Martínez Elizondo. No sé que tal resultado le habrá dado, pero las noticias que han llegado hasta los aficionados respecto al cruce de este encaste con otras ganaderías, no ha sido muy prometedor. A Dionisio Rodríguez no le fue bien y al final tuvo que venderla. El lote correspondiente a Ignacio, que se denominaba Barcialejo, ya no existe.

Encinas vende parte de su ganadería a Esteban Hernández, desapareciendo el ganado a raíz de la guerra civil, se quedó con un toro sólo. Otra parte es vendida a Francisco Galache , aunque éste ya tenía ganado procedente de Urcola . Otra parte de la ganadería de Encinas es vendida a Juan Cobaleda , que después de varios cambios de propietario se mantienen actualmente en las vacadas de la Viuda de Alicio Tabernero, Jesús Tabernero Hernández y Los Majadales.

Comenta igualmente que en el año 2005, la familia Martín adquirió una parte de la ganadería de los herederos de Francisco Galache, formado con animales de Vega-Villar y Urcola . Según comenta, el cruce de Vega-Villar con los Albaserradas no ha funcionado.

Volviendo a la actualidad de su ganadería, tiene mucha ilusión en recuperar este encaste, aunque reconoce la dificultad que hay debido al contraestilo que existe con este tipo de toro y el gusto actual de las figuras del escalafón. Es un toro que tiene de joven mucho trapío, pero son toros de poco recorrido en la fase final de la faena. Ha llegado a la conclusión, como ganadero y como veterinario, que este tipo de encaste se lidiaría mejor con un año menos, ya que la morfología del toro así lo requiere. Como cuatreños es un animal que padece con frecuencia artrosis, limitando con ello la movilidad.

Lógicamente como ganadero que es, le encantaría que la Administración tomara parte para que estos encastes no desaparezcan. Piensa igualmente que el encaste Veragua está desapareciendo porque es un tipo de toro que aguanta pocos muletazos, a ver quién es el guapo que le hace ver a las figuras de hoy que las faenas como mucho son de cinco minutos, y de pocos muletazos, pero con enjundia.

Vega-Villar es un encaste que tiene su técnica para torearlo, ya que hay mucha diferencia con la forma de embestir del toro de Parladé. No es necesario cruzarse mucho para no obligar al toro en la embestida, ya que puedes correr el riesgo que te arrolle. Adolece de flexibilidad. Los toques tienen que ser dos, uno para citarlo y otro para marcarle la salida con la bamba de la muleta. Uno de los toreros que mejor se adapta a estos toros es Frascuelo , ya que torea con la muleta "planchá". En los años cuarenta, cincuenta y sesenta fue una de las ganaderías de moda, sobre todo los ejemplares procedentes de Encinas. El ganadero Daniel Ruiz tuvo ganado de este encaste en la Asociación.

Tiene un recuerdo cuando lidió la primera corrida en Las Ventas. Al parecer es muy común que antes de la celebración de un festejo se produzcan muchas llamadas de apoderados intentando colocar a su torero en el cartel, pero cuando se lidiaron sus toros los días precedentes al festejo nadie llamó. Así está el patio.

No tiene intención de venir a Madrid con Monteviejo hasta que no esté afinada la ganadería.

Pepeillo

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