Extranjera en mi ciudad

Al vivir en una gran ciudad, muchas veces una se siente extranjera dentro de su país. Las grandes capitales (supongo que en todo el mundo sucede lo mismo), son cosmopolitas y Buenos Aires no es la excepción. Está colmada de extranjeros de diferentes orígenes y no precisamente turistas, así que aquí vivimos, además de los porteños y los provincianos (oriundos de nuestro interior), un sin número de latinoamericanos, europeos, asiáticos, africanos, etc., etc.

En décadas pasadas, los extranjeros que caminaban las calles de esta ciudad porteña, se limitaban a españoles e italianos; algún francés dejaba oír su "madam" o "mesiu" y su "rr" en la garganta. Éramos la ciudad más europea de todo Latinoamérica. De pronto peruanos y bolivianos llegan con sus costumbres de raíces bien profundas; también, aunque en menor cantidad, chilenos, paraguayos y uruguayos; y nos recuerdan que estamos en América Latina. Los europeos, ya viejos residentes, dejan de ser los extranjeros. También África aporta a esta Babel del Sur, poniendo en nuestras "tangueras" calles un "toque" de color y obligando a los fabricantes de vestidos y zapatos, a ampliar los talles a XXL, que antes aquí apenas si había algún comprador, ¡¡¡ que son altos los africanos, madre mía !!!

Pero los últimos años sí que se nos complica el panorama.... ¡¡ los chinos ¡!. Bueno, en realidad los porteños le decimos chinos a todos los que tienen los ojitos oblicuos, como llamamos "gallegos" a todos los españoles y "tanos" a todos los italianos. Pero siempre con cariño, eso es seguro. En realidad hay coreanos y chinos, pero les digo con toda honestidad, me es imposible decir quién es quién. Porque si bien es difícil decir cuál es cuál entre un francés y un italiano con sólo mirarlos, en el momento de escucharlos hablar, casi sin dudar, uno puede distinguir su origen. Pero.... ¿alguien ha tratado de distinguir un chino de un coreano, no sólo por su aspecto físico, sino escuchando su conversación???

Y la cosa es que al recorrer esta querida ciudad, encuentras a cada paso comercios de "chinos-coreanos-japoneses", ¡vaya una a saber! Entonces al entrar a comprar te reciben unos ojos sonrientes, con una amabilidad no común entre nosotros, saludando con una inclinación que te hace sentir S.M. (no S.M. de Seccionfemenina.com); una decoración con farolitos chinos; flores de durazno; ramas de bambú y detalles que llevan a pensar en "El Último Emperador" y en "Madame Butterfly". Eso sí, ni siquiera intentar un diálogo con el/la amable vendedor/a, imposible tratar de entenderse. Y si de pronto se desata una discusión entre ellos, mejor poner cara de "yo no estoy" y mirar los escaparates...

Es entonces cuando llegas a tu casa, encendés la TV buscando afanosamente algo que te indique que estás en Buenos Aires. Querés escuchar hablar "en porteño", tu música... no se, algo.... y en la pantalla aparecen "Los Simpsons", las hamburguesas de MacD'.., o una descolorida película de Sinatra con cara adolescente hablando en mexicano... ....apagas todo, e intentas soñar con el viaje de regreso a tu país....

Lica
8/2/03

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