Gas Natural: ni contigo ni sin tí


Cap. 1. “Salir de la sartén ...”

Después de las desventuras corridas (ver mis anteriores relatos Gas natural y Los nuevos servicios de Gas Natural ) con mi comercializadora de gas, Gas Natural, como seguían sin dar satisfacción a mi reclamación, y aprovechando que cayó en mis manos una oferta de otra comercializadora, decidí cambiarme.

En el proceso de cambio con la nueva, Unión FENOSA, me dicen que Gas Natural no le pasa mis datos porque “ya estoy en el mercado liberalizado y tengo que esperar un año para cambiar a otra”. Miro todos mis papeles y contratos firmados y como no hay nada que diga nada de esa esclavitud les pongo un correo a su página web en la que les pregunto:

1) ¿Me pueden explicar las razones en las que se basan para no pasarle mis datos a otra comercializadora?
2) Si ello es debido a alguna cláusula de algún contrato, les ruego me remitan dicho contrato en el que conste mi firma aceptando dicha(s) cláusula(s), ya que en la copia que yo tengo no aparece ninguna limitación.
3) ¿Qué tengo que hacer para dejar de ser cliente de su monopolio?

Y casi sin tiempo de respirar me contestan:

Contestamos su correo electrónico en el que solicita la baja en el suministro de Gas Natural. Le comunicamos que puede solicitar el cese del suministro si es el titular de la póliza de abono, el propietario, inquilino o persona que acredite ser el ocupante de la vivienda, o la persona autorizada por el titular. Si es persona jurídica, el apoderado de la empresa podrá solicitar el cese del suministro.”

Y un montón de instrucciones más.

Sospechando algún problema de entendimiento del idioma, ya que es una empresa catalana y debido a la intensa difusión del catalán en esa comunidad que haya hecho olvidar el español, les comento:

Mi intención es seguir usando el gas, ya que no tengo otro medio de calentar el agua y la calefacción. Lo que quiero es pasar a otra comercializadora, utilizando el derecho que me asiste de elegir la empresa que me provea del servicio.”

Y casi antes de haberle dado al enviar, ya me están contestando:

En respuesta a su correo electrónico, le informamos de que, por nuestra parte, no existe ningún tipo de impedimento para el paso a otras distribuidoras.”

Hombre, faltaría más que pusieran otra cosa por escrito. Pero esta rápida respuesta no me consuela, ya que no me están contestando a mi pregunta. Me pongo un poco “borde” en mi respuesta de que a ver si leen lo que les estoy preguntando, y esta vez tardan unos días en contestar. Al final me dicen que ya están pasando mis datos a Unión FENOSA.

Bueno, parece que la cosa va por buen camino y me olvido del tema.

Pero a los pocos días me llega una carta del Servicio de Mantenimiento anunciándome que me van a hacer la revisión anual preventiva.

Les llamo el 30 de noviembre al 900 710 720 y les digo me he dado de baja en Gas Natural, pero me dicen que esto es un servicio diferente y que me tengo que dar de baja de forma separada. Pues bien, señorita, tome nota de que me quiero dar de baja en el servicio. Por cierto, como no he hecho uso del servicio y la revisión anual aún no me la han hecho, supongo que tengo derecho a la devolución de todo lo que he pagado. Pues mire, Sr., para ello tiene que llamar al teléfono del Servicio de Mantenimiento, ahí debe de renunciar a la revisión anual, y pedir la devolución.

Dicho y hecho. Llamo al 900 700 365, después de contarle la historia, me pasan con “el departamento correspondiente” (¿Les suena el término?). Pues nada, toman nota, me dicen que si por casualidad me llamaran del servicio de mantenimiento para concertar la visita, les diga que no quiero y que procederán a la devolución del dinero.

Pues bien, pasadas las Navidades recibo dos sorpresas. Una carta y un cargo en el banco.

El cargo en el banco es la cuota del servicio de mantenimiento.

Y en la carta me regañan por no haber estado en casa cuando vinieron a revisar la instalación. Volví a leer la primera carta, a ver si mi entendimiento del español era tan malo como el suyo. Pero no, en la carta me ponían que me llamarían para concertar cita. A lo mejor lo que querían decir es que estuviera en casa sin moverme hasta que ellos quisieran venir. Pero se ve que no lo escribieron claramente y yo no lo entendí.

Visto que no me devolvían el dinero y encima me habían cobrado más, pensé que a lo mejor era buena idea que me revisaran la instalación. Llamo el 21 de enero al 900 350 053, del Servicio de Mantenimiento, para concertar la entrevista y cuando miran mi expediente, me dicen que el contrato está cancelado el 10 de enero. O sea, un mes y medio después de darme de baja. Oiga, son ustedes rápidos ¿eh?. Para cobrar claro que sí...

Bueno, pues nada, que me devuelvan el dinero. Lo siento, Sr., para eso tiene que llamar al 900 700 365. Pues nada, llamo y después de contarle la historia y cuando intenta acceder a mi contrato me dice la Srta. “Lo siento, usted está en el mercado liberalizado”. ¿Qué estoy dónde? “En el mercado liberalizado” ¿Y eso qué quiere decir? Pues que sus peticiones las tiene que hacer en otro teléfono: el 902 250 365. Oiga pues nada, que se le va a hacer. Llamo al susodicho teléfono, después de contarle la batalla a la señorita que me atiende me dice que eso no me lo pueden resolver allí, que tengo que llamar al 900 700 365.

¡Pero oiga, si vengo de llamar de allí, pasando por otro teléfono! Lo siento, señor, pero es un tema del Servicio de mantenimiento. A estas alturas, se me empiezan a hinchar las venas y me sube la tensión. Yo creo que tienen algo puesto en mi expediente que cuando llamo lo que intentan es que me canse de dar la paliza y me olvide.

Pues conmigo no pueden. Respiro hondo, cuento hasta diez y empiezo de nuevo.

Llamo al mencionado teléfono y después de iniciarle en la historia a la señorita, le digo que me voy a suicidar y que pongo en mi carta de despedida que Gas Natural y su servicio de atención al cliente es el responsable. No, por favor, no lo haga. Piense en sus hijos... Mire le voy a pasar con “el departamento correspondiente”, para que le solucionen su problema. “¡Ajjjj! El departamento correspondiente ataca de nuevo”. Me pasa o lo intenta, pero el caso es que la línea se queda como muerta. ¡Quien se ha suicidado es la línea telefónica!.

Como al cabo de varios minutos no tengo respuesta, ni se oye ningún ruido, vuelvo a marcar. Estaba en aquel momento como en aquella película de Arnold Schwarzneger que se desarrolla en el planeta Marte y al final sale a la atmósfera exterior y se le ve toda la cara hinchada y los ojos saliéndose de las órbitas. Claro, tengo que volver a contar la historia. Es la cuarta o quinta o sexta vez que la repito esa tarde y ya andaba que me subía por las paredes. La misma respuesta y la misma acción de pasar al departamento correspondiente, y otra vez que la línea se queda muerta.

Sigo sospechando que me han puesto una cruz en el expediente (expediente-X) y que tratan de que me canse o me suicide. Esta vez tuve más suerte y salió una voz en el otro extremo de la línea difunta que me atendió muy amablemente y su forma de hablar me calmó. Creo que es la única profesional de todos con los que he hablado hasta ese momento. Le tuve que volver a contar toda la historia, claro está, me dio la razón, me dijo que tenía derecho a la devolución y hasta ahora... Casi un mes después aún no me han devuelto ese dinero. ¿Tendré que sufrir el mismo martirio una vez más? ¿Cuántas veces tendré que repetir la historia? ¿Espero algo más o renuncio a esos euros que creo que me deben?

No se pierdan el siguiente capítulo “Cap. 2. ...para caer en las brasas


Juan el rondeño

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