Los hombres son de Windows y las mujeres son de Linux

Intentando escribir algo sobre el paralelismo entre el sistema de prioridades de los sistemas operativos y la vida misma(1), se me ha cruzado por la mente la frase que aparece como título en este post. No he tenido por menos que darle más prioridad a este pensamiento fugaz que me permitirá aportar mi granito de arena a los miles de chascarrillos que circulan por la red sobre las diferencias de género en distintos comportamientos de la vida.

Para esta conjetura me baso en estereotipos (que me perdone Eulalia) que si bien no están científicamente testados, tienen una aceptación muy amplia en la sociedad. El primero de ellos es “Los hombres son muy simples y las mujeres son complejas”, el segundo, “Los hombres sólo saben hacer una cosa a la vez y las mujeres son capaces de hacer varias al mismo tiempo”. Se preguntarán los lectores ¿qué tiene esto que ver con Windows o con Linux ? Pues los lectores del gremio informático ya habrán intuido por donde van los tiros.

Los hombres son simples y por tanto tienen una interfaz simple como Windows , que puede se manejada por cualquiera. A golpe de ratón se les pueden instalar nuevos programas que empezarán a funcionar bajo las palabras mágicas de <ctrl><alt><del>. Volverán a ser los que eran pero con un icono más que pulsar. En el caso de que se suprima alguna de sus aplicaciones solo se notará en la ausencia del icono del programa eliminado. En este quito y pongo programas se ha dado el caso de que alguna DLL se ha quedado traspuesta, pero se les reinstala el Windows en un pispas y a correr.

Sin embargo, las mujeres son complejas, sólo pueden ser administradas por gurús que las conozcan bien o por usuarios aguerridos que tengan el teléfono móvil de un gurú para situaciones de emergencia. Una vez que se consigue que todo funcione -¡ay del que se atreva a instalarles algún programa nuevo!- nada volverá a ser como antes, pero más terrible aún será suprimirle algo sin la sabiduría necesaria para que todo vuelva a su ser. Vean si no el mapa de linux y alucinen.

Aunque está bastante admitido el estereotipo de que los hombres sólo saben hacer una cosa a la vez y las mujeres son capaces de hacer varias al mismo tiempo, en mi opinión esto no es del todo exacto. Las mujeres pueden desplegar una actividad aparentemente multitarea, pero bajo esta imagen subyace una ejecución de tareas ordenadas en el tiempo con un rapidísimo cambio de contexto. En resumen, a las mujeres les funciona mejor el sistema de prioridades y el cambio de contexto que a los hombres. Por eso son como Linux, rápidas, ligeras y eficientes en la ejecución de tareas. Los hombres en cambio padecen el síndrome del MS-DOS que arrastra el Windows desde su nacimiento y se mueven como moles cuando cambian de actividad.

Pero la prueba del nueve es el uso que se le da a estos sistemas operativos y ahora no me baso en estereotipos, sino en datos contrastados. El sistema operativo Linux predomina en el entorno de servidores y Windows en el de clientes. Por eso en el reparto de tareas domésticas, en un gran porcentaje(2), a las mujeres les toca la parte servidora y al hombre la de aquí me las den todas.

Y colorín colorado, esta metáfora se ha acabado.

Lula

Más relatos de Lula, pulsar aquí
e-mail de contacto: seccionfemenina@gmail.com


(1) Post que tengo intención de escribir
(2) Mi marido se va a molestar, porque estamos más por el modelo peer-to-peer, pero me queda la mar de coherente esta prueba del nueve. Le haré unas peras al vino para compensarle.