Innovación casera

Uno de los riesgos de la adolescencia, junto con el acné, es que tu mejor amiga te robe el novio pero a estas alturas de mi vida lo único que me expongo es a que me robe un post .

Le pedí a mi marido que hiciera una foto de la cocina de mi casa para escribir una entrada. Me pareció que había quedado tan fotogénica que se la envié a S.M. para que recordara las muchas horas que pasó en ella. Nada más verla escribió el post La cocina de mi amiga y me lo envió por correo para que se lo maquetara con la foto. Me ha quedado por tanto solo un trocito de la foto, haciendo zoom, para ilustrar el post que tenía pensado.

Las mujeres estamos muy dotadas para la innovación porque aplicamos la mejora continua a las cosas más cotidianas. Una de ellas ha sido encontrar el disipador ideal para mi portátil Towando. Al principio, como todas las ideas geniales, causó risa y befa entre mis allegados pero para mi satisfacción personal he descubierto que he creado tendencia.

Mi miniportátil pasa muchas horas encendido porque su dueña y señora se pasa las horas muertas haciendo uso de él. El pobre se calentaba mucho y me empecé a preocupar si esto le acortaría la vida. Busqué la manera de disipar de forma óptima el calor que genera y pensando, pensando, me dije "aire" necesito crear una capa de aire entre el portátil y la mesa.

Mientras pensaba una solución me preparé una merienda. Utilicé para partir el pan una tabla de madera muy útil para no manchar la encimera. Consiste en una bandeja sobre la que se apoya una rejilla de madera, de forma que al partir el pan las migas caen directamente a la bandeja y no queda rastro de la operación. En ese momento pensé: aire, tiene una capa de aire y su tamaño puede valer...

Pensado y ejecutado, la tabla para partir pan cambió de función y ahora es disipador de mi Towando y me lo mantiene a temperatura ambiente independientemente de las horas que esté conectado.

Mi hijo Bart se reía de mi inventillo y le contó a sus amigos lo que hacía su vieja para que no se le calentara el portátil. El eco que encontró fue que sus colegas se compraron una tabla de partir pan y ahora sus portátiles no se ponen al rojo vivo. Al publicar el invento lo pongo bajo una licencia creative commons, así que si lo usáis os ruego que digáis de quién fue la idea. Puede que me haga famosa aunque no rica.

Las casas están llenas de artilugios que nos vamos haciendo las mujeres para mejorar nuestra vida cotidiana. Sin ir más lejos, mi amiga Merche, profesora de matemáticas, tiene una larga lista de "utilities" caseros, entre ellos un sistema de poleas con pesas que cierran los armarios y las puertas.

Me pregunto yo que con tanto ingenio femenino ¿por qué hay tan pocas mujeres que se dedican a la innovación?

Lula

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