La Envidia

Hace algún tiempo me puse a pensar en la idea de la envidia. Esta palabra, que tantas connotaciones negativas nos evoca, me sugirió, al pensarla, nuevas visiones que, sorprendentemente, no eran tan negativas.

El querer repetir lo que uno ve que le gusta de otro hace que las cosas originales (nuevos inventos) se acepten e intenten superarse.

En la carrera de la evolución, el hombre intenta llegar más lejos, aumentar sus conocimientos en una búsqueda constante de lo que, idílicamente, sería la felicidad. Podemos observar un aumento de movimiento. Se vuelve más ágil, más inteligente, más capaz y se aprovecha más el tiempo.

Vi un documental sobre el hombre prehistórico que me iluminó sobre el tema. Estaban los cavernícolas buscando comida, en una época en que su único sustento eran los animales muertos. Cazados por ellos mismos o encontrados entre carroñeros. De pronto, a uno se le ocurrió acceder al interior de los huesos, ya partidos, mediante un palito con el que se ayudaba para sacar su contenido y degustarlo. Detrás de unos matorrales había varios de su tribu observándole. Nunca habían visto nada igual. Después todos le imitaron y desde aquel momento intentaron superarle: mejores utensilios, más destreza, en definitiva, habían aprendido mucho y practicado.

Seguro que el primer sentimiento que generó todo fue la envidia: yo también quiero tener o hacer lo que aquel hace o posee. Si él puede, yo también. Si él tiene, yo también puedo tenerlo.

Aquel primero que "sobresalió", al que envidiaron, se convirtió en un gramo de luz que impulsó al resto a evolucionar. De este modo, la evolución colectiva es más rápida. De hecho genera una energía que lleva a los demás a sentirse más seguros e impulsados a imitar el ejemplo.

Siempre se ha dicho que España es un país de envidiosos, bien, pues yo creo que si se sobresale de corazón, con desinterés, se actúa sin querer como vehículo de crecimiento. Por eso los españoles nos vemos impulsados a un ritmo vertiginoso. Claro que no juzgo si lo que se envidia o imita es bueno o malo. Eso lo dejo al gusto del envidioso y sus necesidades.

Observo a muchos envidiosos y sólo puedo ver su necesidad de acaparar, bien sea de índole material o meramente sentimental. ¿Realmente necesitan poseer lo del otro para arrebatárselo o simplemente están aprendiendo nuevas maneras, costumbres o útiles?

Hay tantas respuestas como tipos de envidiosos, pero lo que sí me queda claro es que se puede ver la envidia desde ángulos más positivos.

Karuna

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