Las albóndigas

Rebecuqui usaba el blog en su último post como alternativa a la terapia del diván del psicólogo. Le tomo el relevo y vierto en este post la bilis laboral de una semana estresante en la que el cambio de horario de verano no ha colaborado mucho a sobrellevarla, lo mismo que a María.

Esta semana me estaba trajinando gestionando dos marrones asuntos importantes, cuando asomó la cabecita otra actividad desde el e-mail. Me convocaban a una reunión de un tema "urgente". Viendo que acudían a la urgencia transcurrido un mes y medio (vamos, como el SAMUR de las TIC's) me puse en lo peor, me tendría que sentar a negociar con unas albóndigas.

¿Qué es una albóndiga? Se preguntará el lector mientras clava su pupila en el post, pues una albóndiga es lo que cuento a continuación.

El nombre les viene de la expresión ¡Este es un cacho de carne! que se dice de las personas sin sangre en las venas. Pero dentro de esta calificación hay niveles, desde las carnes de primera como el solomillo hasta las carnes de segunda que generalmente se pican para camuflarle la grasa y los nervios para poderlas masticar. Las albondiguillas tienen como base principal la carne picada y cuando se cocinan adquieren un color marrón y están rodeadas de salsa viscosa que mancha al menor roce. Quedan por tanto caracterizados los sujetos albóndigas por su pasividad, su baja calidad, su temática marrón y por su entorno pringoso.

Las albóndigas ni sienten ni padecen en el trabajo. No tienen prisa, ni interés, ni ganas de trabajar, pero poseen la capacidad sorprendente de agazaparse y perpetuarse en su puesto y consiguen que todo los que les rodea vaya a su velocidad como si se estuviera haciendo tai-chi. La clave de su éxito reside en no hacer nada ya que el que no hace no yerra (1).

Todos sus esfuerzos van encaminados a enredar la madeja del problema, a oscurecer cualquier punto que aún estuviera claro y si esto les falla blandir el manual de la metodología, el de las normas de estilo o incluso en caso de emergencia toda la documentación de la ISO 9000 o las mejores prácticas ITIL, para decir que lo que se pretende hacer está fuera de norma. Todo, todo con tal de no trabajar. Diría yo que nadie ha trabajado tanto para no hacer nada.

La negociación con las albóndigas no tiene ningún atractivo. Se sabe de antemano que no se va a resolver nada y tiene efectos colaterales: al menor descuido te llevas la mancha puesta y si no te dan acidez, te repiten.

¡Son incomestibles ni a fuerza de pan(ciencia)!

Lula

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(1) Interesante disertación sobre el herrar y errar de Almena