Los mexicanos y el no

Ante preguntas directas con dos posibles contestaciones (del tipo si/no), cualquier persona del planeta tendría un 50% de posibilidades para decantarse. Pero un mexicano, no. Un mexicano tiene un 75% de posibilidades de decir que sí -contando con que dentro de esta cifra habrá un 25% que mentirán por ahorrarse un mal rato teniendo que decir que no-, y habrá otro 25% que se decantarán por algo del tipo: "....mmm, .... fíjese que nomás ahorita estaba yo diciéndole a mi cuate que es eso mismito lo que yo querría saber..."

Y como muestra, la anécdota con un taxista (arquetipo exagerado , casi caricatura, de lo que es el pueblo-pueblo en cualquier ciudad del mundo):

Al llegar en bus a Cuernavaca desde el D.F., cojo -el uso del término es intencionado(1) - un taxi para que me lleve al hotel donde tenía habitación reservada. Durante el trayecto, mientras contemplo encantada el colorido de la ciudad de la eterna primavera, le digo al taxista:

- Oiga, qué bonita es esta ciudad. Y además parece grande... ¿sabe usted cuántos habitantes tiene?
El cholo(2) , lacónico, levanta el párpado para mirar por el retrovisor y me dice:
- Pues sí...
SILENCIO
Puesto que la respuesta no llega, insisto:
- Oiga, ¿y cuántos tiene?
Ya detenido frente a un semáforo, el taxista se giró un poco mientras me decía:
-Pues fíjese que si sé cuanta gente vive aquí. Solo que ahorita no me acuerdo.
SILENCIO
- Señorita, aquí esta su hotel.
-¿Eh? Ah, sí, gracias.
- Gracias, que tenga un buen día.

S.M

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(1) En México, coger es equivalente a fornicar.
(2) Término - un tanto despectivo- que designa a los mexicanos de rasgos indígenas.