La moral, la ética y la estética en el golf

Últimamente, mi hija la erudita(1) me llama sofista con intención de ofender, aunque bien sabe ella que no me hace mella este adjetivo despreciativo. En esta vida hay que intentar hacer las cosas bien, hasta los sofismas, para tener la satisfacción del deber cumplido, máxime cuando sirven, entre otras cosas, para ganarme el sustento.

El domingo pasado, mientras jugábamos el hoyo doce(2), me dijo mi marido que en el golf "no era lo mismo tener moral que tener ética". El sol estaba en el zenit pero mi cerebro estaba protegido con una gorra lo que me permitió tomar nota mental de la frase para desarrollar este concepto. Me parecía que a la pareja moral-ética le faltaba algo hasta que en el hoyo trece(3) me dije " ¡estética!" y aquí va mi reflexión golfista:

En la vida, la actitud supera a la aptitud, de nada sirve tener una cualidad si no te la crees, no se le sacará partido. Por el contrario, la actitud puede superar la barrera de una limitación en una cualidad. En el golf pasa lo mismo porque es el juego de la vida con un poco de mala leche.

La cualidad idónea para un golfista es la psicomotricidad, es decir, la capacidad de coordinar varias partes del cuerpo en movimiento. Pero no basta poseer este don si la mente no acompaña y en este punto entran los intangibles: la moral, la ética y la estética que suman o restan a la psicomotricidad.

La moral es la componente que regula el estado de ánimo y aporta seguridad en el swing. Es el intangible que da la distancia hacia delante, que hace que la bola avance y que predispone a una sensación creciente de triunfo, pero en cuanto se rompe, todo se desvanece.

La estética proporciona la elegancia en la ejecución de los movimientos dando lugar a trayectorias de bolas elevadas cuyo sonido de clinc en la salida es más que música celestial para el golfista. Pero la estética es eso, forma no fondo, no es necesario para alcanzar distancia aunque puede complementar a la moral en la componente narcisista. Si se pierde la estética pero se conserva la moral, se consiguen los mismos resultados.

Aunque los jugadores de golf son considerados damas y caballeros(4) y la ética se les supone, nada más lejos de la realidad. La ética es un handicap para obtener resultados, que es de lo que se trata. A más ética menos trampas, a menos trampas más golpes y a más golpes peor resultado, ergo...

Por tanto, la actitud de moral sin ética obviando la estética es lo que lleva al triunfo en el golf y por extensión en la vida. Por eso un representante de las clases marginales , Maki Navaja , decía:

En este mundo podrido y sin ética lo único que nos queda es la estética

Lula

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(1) Cría filososfos y te llamarán sofista
(2) El hoyo 12 es un par 4 en el que hice ¡EL PAR!. Algo como un milagro del cielo
(3) En el hoyo trece, un par 5, me hice un cuadruple bogey, a partir de ese hoyo perdí el favor del cielo, no sé si por mis pensamientos sofistas
(4) Así lo pone en las puertas de los vestuarios