Negro


Siempre se habla de la blanca Navidad, pero cuando hay que ponerse en estas fiestas de tiros largos se elige el color negro que, además de elegante, disimula como ningún otro los estragos que en la línea produce la sobrealimentación Navideña. En estas fechas de derroche culinario, al marisco, al cordero, a los turrones y a los mazapanes hay que añadir los embutidos, que es compañía que nunca estorba.

En los fríos invernales, con la matanza del cerdo reciente, las morcillas, negras como la noche y sabrosas como pocos manjares no deben faltar en ninguna despensa. Por eso aproveché un viaje en la antevíspera de la Navidad a mi pueblo para traerme una buena provisión de morcillas, las mismas que hicieron las delicias de mis ancestros y cuya afición me corre por las venas(1).

Como estaban tiernas las puse a orear en la terraza. Las colgué de un clavo y las apoyé en papel de estraza para que no tocaran directamente la pared. Las ristras de morcilla parecían enormes collares de coral negro comestible. Pasó la Noche Buena y el día de Navidad. Cuando mi hija la erudita se iba ya para su casa me dispuse a repartir las cuentas de este collar tan exquisito.

Mi consternación fue enorme cuando en lugar de las morcillas encontré en la pared de la terraza el papel de estraza salpicado de manchas negras. Las morcillas destripadas y esparcidas sobre el papel, como si de óleo se tratara, dibujaban extrañas abstracciones que bien pudieran haber salido de la imaginación de Antonio Saura. Pero no fue la mano del artista la que ejecutó esos dibujos, sino el pico inmisericorde de unos pájaros que devoran lo que encuentran a su paso.

Fue Alfred Hitchcock el primero que nos puso en sobreaviso sobre los pájaros. Siempre que veo una agrupación de estos bichos en reposo, todos con la misma orientación, me parece que están a la espera de un ataque y se me pone la carne de gallina. En la terrorífica película de "The birds" el color de estos demonios voladores era el negro. Negro es el color de los pájaros de mal agüero, negros son los cuervos que te habrán de sacar los ojos y negros los pájaros que han destrozado el manjar que yo más quiero, que también es negro.

Negras mis Navidades sin morcillas de mi pueblo.

Lula

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(1) Por las mias, por las de mis hijos, por las de mi hermana, por las de mis primas, por las de mis sobrinas....