Elecciones 2003: Reina por un día

Continuación de Episodio I: Presentación

Episodio II: Nudo

09:00 Comienza el baile

Haciendo uso de mis atribuciones pronuncio el abracadabra que figura en el libro mágico: "COMIENZA LA VOTACIÓN", excediéndome en los decibelios y mereciendo una mirada de reproche del resto de mesas. Satisfacción y risas en el sector extrovertido de la mesa.

El guardia urbano pasa preguntando si nos han explicado "lo del cátering". Esta vez toda la mesa yergue la espalda mientras el presidente indica "No, pero cuenta, cuenta...". Nos informa de que nos traerán unos bocadillos de pollo (¿?), pero que él en nuestro caso iría a comer a casa o a algún bar. No indica si la razón es la tardanza o la baja calidad. Reunidos en urgente conciliábulo decidimos que probablemente sean ambos factores y nos asignamos turnos para ir para casa. Acertada y sabia decisión.
Mesas más ingenuas como la 197, que fue informada por un guardia anónimo (el presidente se pasó la tarde buscándole para montar bronca pero no le encontró) de que nos pondrían un comedor en un aula, pagaron su candidez con un ayuno electoral en toda regla. Cachondeíto desde nuestra mesa respecto a que personas hechas y derechas confíen en la puntualidad y formalidad del estado español en la satisfacción de necesidades de sus asalariados temporales.

La votación se desarrolla con normalidad rayana a veces en el aburrimiento. Para animar el cotarro se nos ocurre avergonzar a los dieciochoañeros mediante el siguiente procedimiento:

La interventora de CiU comprueba en la lista la edad, y cuando detecta que el votante probablemente es nuevo en estas lides le pregunta si es la primera vez. Ante las respuestas afirmativas, yo, como presidente, indico "Entonces te hacemos el especial". Extrañeza del joven votante. Una vez hechos los trámites, a la fórmula "Vota" añado en alto "por primera vez". Dilatación de los capilares faciales del votante ante la mirada divertida del colegio. En algo hay que pasar el tiempo.

Pocas anécdotas que se resumen en:

Ecuatoriana empeñada en votar sin aparecer en el censo. Una vez que se aclara que en España el voto no es obligatorio y que en cualquier caso los extranjeros no comunitarios no pueden votar, abandona más o menos conforme.

Señora con su voto del PP preguntando si esa es la papeleta para votar al PP. Una vez indicado que sí, empieza a extenderse en la importancia de que gane el PP porque el país va bien. Vocal 1 corta el mitin indicando que está prohibida la propaganda electoral.

Cuando una señora mayor lleva un rato hablando con la vocal amanuense (es un decir lo de hablando, monologando ante la oreja ocupada por el casquito de vocal 2), y varios pensábamos que era familiar de la susodicha, establece contacto visual conmigo y me empieza a soltar una batalla sobre la vez que montó en el coche de Aznar. La segunda vocal no la conocía de nada. Se forma cola de electores esperando a que el presidente meta el voto en la urna. La despido. Kafkiano.

Queja del primer vocal porque se ha dado una vuelta y hay dos interventores del PP instalados al lado de la mesa donde la gente coge las papeletas y eso puede coaccionar a los votantes. Busco en el manualillo de presidente si eso está prohibido. No dice nada. Mirada de toda la mesa al presidente con cara de "Algo habrá que hacer". Cara de seguridad y comentario lacónico de "dejadme ir a mí en calidad de presidente". Llego a la mesa de las papeletas, les comento que se me retiren para evitar que alguien pueda pensar que intimidan a los votantes. Me pregunta uno de ellos que dónde pone que esté prohibido. Touché, repliego velas. "No lo pone claramente en ningún sitio, pero os lo pido porque he tenido alguna queja y más vale entre todos prevenir". Aceptan y me indican que el problema que tienen es que el de ERC tapa sus papeletas con papeletas suyas. Les digo que vigilen si quieren, pero un poco más alejados.

Cuando vuelvo a la mesa, caras expectantes. Resumo, orgulloso, mi actuación. Un componente de la mesa me indica que a él le había dicho el de ERC que los del PP le tapaban sus papeletas. El interventor del PSC indica que en realidad son los votantes, que al coger las papeletas sin querer las mueven.

El asunto se resuelve satisfactoriamente al sentarse en las escaleras el resto de la jornada el del PP y el de ERC y pasarse la tarde entera charlando amigablemente y, de esta manera, vigilándose mutuamente. Sombras de sospecha cuando descubro que en la mesa hay más mazos de papeletas del PP y de ERC que de los demás mientras les veo hablando tan amigos.

En uno de los paseos junto a la mesa de las papeletas, descubro que en una caseta de bedel hay un pasquín con el "Prohibido aparcar bombas" tamaño A8 (o sea, enano) pegado por dentro de un cristal. Como tengo remordimientos de haber echado a los del PP de donde las papeletas sin soporte legal, decido compensar la pequeña injusticia de paso que ejerzo mi autoridad de reina por un día. Llamo al bedel; le pregunto si tiene llave de la casetilla y cuando me indica que sí, le ordeno que quite el pasquín. Atemorizado, el bedel indica que procede inmediatamente. Realmente, nadie había visto el pasquín y de hecho no me atreví a comentar al interventor del PP que había dado la orden por si quería reflejar en acta y la liamos. Nadie observó tampoco al bedel quitándolo. Eso sí, lo comenté en la mesa para dejar clara mi autoridad de presidente.

Pocas novedades más: votante cabreado mirando la camiseta de los "No" de Vocal 1. El votante me hace la observación de que si "no he podido con él". Antes de que responda yo en calidad de presidente, Vocal 1 arremete: "¿No le gusta? ¿ Cree que es una alusión política?, pues a lo mejor es que "No m'agrada el Pebrot". Afortunadamente el elector malencarado se larga sin mediar más palabra.

Las horas van pasando y el vocal primero tiene la brillante idea de ir rellenando todos los papelotes del final para luego acortar. Unanimidad y vamos rellenando y firmando actas para envidia posterior de otras mesas que una vez acabado el escrutinio tenían que bregar con la ingente cantidad de papeles que había que entregar. Si bien la Administración lo único que usa es la lista de cuántos votos hay de cada candidatura, lo cual podría reflejarse en la mitad de una A4, no sería una Administración seria si no hubiese que rellenar un montón de papeles redundantes con un montón de sellos y de firmas.

Continuará en Episodio III: Desenlace

El profe

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