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San Isidro 2004

Corrida de toros de la Asociación de la Prensa
Toros Toros de varias ganaderías.
Terna Miguel Abellán. De azul y oro. Mató los toros de Joaquín Nuñez y Montalvo.
Serafín Marín. Azul y oro. Mató el sobrero de Albarreal al ser devuelto el de Lozano Hermanos y del Puerto de San Lorenzo.
Matías Tejela. Verde y oro. Mató los toros del Puerto de San Lorenzo y del Pilar
Comentarios Presidentes incompetentes

 

¿A quién defiende la autoridad?. Es la pregunta que se hace un aficionado y que lanza a las ondas herzianas de la plaza con frecuencia, porque supongo que tendrá aún dudas por saber a quién defiende la autoridad “competente” que rige este tipo de festejos. También supongo que querrá que la “autoridad competente”, la misma que mencioné antes, libre a la fiesta de los toros de esos interfectos que la tienen presa por el cuello, y que están consiguiendo dejarla sin respiración, y que se están llevando de ella las mejores piezas comportándose como ese tipo de perros que cuando muerden no sueltan el bocado. Cuando esto se escucha en la plaza, es que la tarde no va muy fina, y eso fue lo que pasó ayer donde se celebraba la Corrida de la Asociación de la Prensa.

Las faenas de muleta, para que dejen buen sabor de boca en los aficionados, deben ser de menos a más; pero con las celebraciones de este tipo de festejos está pasando lo contrario, y no hay que tener mucha memoria para comprobar en lo que han degenerado estos “sainetes” de corridas que montan en la actualidad los representantes de la Prensa.
Tomando como referencia la tarde del indulto de Belador, de la ganadería de Victorino Martín, nos daremos cuenta que estas corridas han ido de más a menos con algún altibajo entre medio, hasta llegar a lo que ocurrió en la tarde de ayer. Desde hace algún tiempo esta corrida se viene celebrando dentro del ciclo isidril, demostrando con ello los organizadores una buena vista comercial, ya que si no fuera así, el espectador no acudiría en masa. La afición, seguro que sí, y para que se ocupara el aforo de la plaza tendrían que regalar las localidades como hacían anteriormente.

Se dio la circunstancia que presidía el evento el Sr. Lamarca, y un aficionado de la grada le invitó a que no volviese a presidir ningún festejo taurino. Él sabe por qué. De lo que no hay duda es a quién defienden los presidentes. A la fiesta no, y al que paga su localidad tampoco, porque ayer, una vez que se había producido el atropello al Reglamento Taurino del que supongo que sería participe y después mencionaré, lo que tendría que haber hecho es rechazar la ruina de toros que presentaron “los taurinos”, y de esta forma, demostrar la honradez que un presidente, que no dudo que tenga pero que ayer no demostró, necesita para ocupar el lugar de máxima autoridad de esta plaza y de otras.
Los “taurinos” sí demostraron que son los que mandan en la fiesta y los que se pasan por el “arco del triunfo” a la autoridad competente, Comunidad incluida, y a todo lo que se ponga por medio.


Y ante esto, ¿qué ocurrió en la plaza?. Pues lo que tenía que ocurrir, que los “interfectos mencionados” no dejaron al azar ninguna posibilidad de que pudiera salir bien la corrida. Se preguntarán Uds ¿qué ocurrió para que no se cumpliera el reglamento? Pues que cada torero trajo elegidos sus toros de las dehesas, y no hubo sorteo previo al festejo. Si los toros salieron hechos una ruina, ¿a quién debería echarse la culpa?. ¿Tienen alguna duda?. Yo no. Este hecho no es novedoso, ya que ha ocurrido en otras ocasiones.
Una vez dicho lo anterior, ¿qué tendría que contar de la corrida?, ¿que hubo algún torero que dio alguna serie de redondos muy lentos y cadenciosos haciendo de auxiliar de clínica del toro, y que en cuanto le bajaba la mano rodaba por los suelos?. Pues no, me niego a describir este tipo de espectáculo. Lo que no callaré es que los toreros estuvieron en su línea, cumpliendo las órdenes que reciben desde el burladero. Como el caso del quinto, que estuvo dando pases hasta agotar los 10 minutos que marca el reglamento ante un animal que no se mantenía en pie, y recibiendo con ello un aviso. Eso sí, cuando cierran la tanda de pases salen de la cara del toro con un aire torero como si hubieran realizado la faena de su vida, mendigando con ello los aplausos del público del clavel, y lo que deberían saber es que estos señores aplauden cualquier cosa.

Tampoco dejaré en el tintero, porque ayer fue el exponente máximo del comportamiento negativo de toros y picadores, que se esta imponiendo en esta feria el maldito picotazo a todos los toros, y eso no favorece nada a la fiesta porque demuestra que estos “taurinos” siguen imponiendo poco a poco “el Reglamento” que hace tiempo impusieron en las demás plazas, hasta que consigan que Las Ventas sea una más, donde imponen su ley unos señores sin escrúpulos que siguen manteniendo que el público que paga debe ir a divertirse a las plazas y aplaudir todo lo que ocurra en ellas, y exigiendo con ello a los presidentes que regalen orejas a troche y moche.

Pepeillo

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