El toreo moderno ha traído estas cosas,
toros de determinadas condiciones para que los toreros puedan
hacer faenas largas, aburridas y sin mínima exposición
al peligro, faenas interminables, aburridas y repetitivas;
pero cuando sale el toro con casta se acaba con todo esto
de un plumazo, o toreas y le puedes a tu enemigo, o al menor
descuido te manda a la enfermería.
Ayer ocurrió esto, dos toreros se descuidaron durante
el transcurso de sus faenas y se produjeron las cogidas. En
estos toros hay un fenómeno natural que no se da en
los toros artistas (esos que inundan las arenas de las plazas
de nuestra España taurina, para que los coletudos figurones,
que sirven de inspiración a los gacetilleros de la
prensa rosa, hagan “sus faenas”, tanto al toro
como al aficionado), y como consecuencia de ello hay que hacerles
las cosas muy bien y estar muy puesto en el oficio para ganarles
la batalla. Estas son las corridas que se montan en cualquier
feria de postín como complemento a las que celebran
para las figuras, tanto de toreros como de toros. Las primeras
se reservan a los gladiadores de turno que se han encargado
de crear para tales actos y que se tienen que conformar con
el ganado duro, encastado y peligroso, y encima estar agradecidos.
¿Qué les recuerda esto?.
Pepín Liria ha venido una tarde
a la feria, como Ponce, pero hay unas diferencias.
Liria no ha tenido la posibilidad de elegir ganadería,
viene a jugarse el todo por el todo con una corrida dura,
no tiene las corridas de la temporada firmadas desde enero,
y no ha tenido la necesidad de inventarse un toro porque ya
lo tenía en el ruedo y lo único que tenía
que hacer era torear, y mucho, porque si no, ocurre lo que
ocurrió.
Hay que descubrirse ante Pepín Liria y Encabo
porque, después de sufrir sendas cornadas, tuvieron
la casta y la honradez de terminar con sus enemigos y es aquí
donde debían reflejarse los toreros en ciernes y no
precisamente en los trucos y ventajas que emplean las figuras.
Liria vino con muchas ganas, y le gustó más
el pitón izquierdo de su primer toro, muestra de ello
es que comenzó la faena por naturales; pero estos toros
hay que hacerles las cosas muy bien y en breve, porque según
iba avanzando la faena las complicaciones del astado aumentaban
y en un descuido del toreo lo coge sin consecuencias.
En el cuarto, salió Pepín a por todas y dio
dos verónicas y una media de mucho empaque. El toro
mostraba una embestida clara y humillaba por ambos pitones,
y el torero dio dos series buenas de redondos. Con la izquierda
no se cruzó y abusó del pico, y a la salida
de un pase de pecho quedó al descubierto y el toro
lo cogió, y aunque quedó herido termina con
él de tres pinchazos y media estocada desprendida.
¡Bravo Pepín!
El primero de Encabo blandea de salida mostrando bondad
en la embestida y el torero no se acopla, toreando fuera de
cacho y con las ventajas innatas de él. ¡Qué
pena Encabo!. Por el pitón izquierdo se le queda corto,
lo intenta el torero, pero ya no hay solución, el toro
estaba avisado. Es el problema de los toros encastados.
En el quinto, lo recibe con unos buenos muletazos y con la
muleta lo cita de lejos y al segundo redondo le levanta los
pies del suelo y se lo echa a los lomos y le clava el pitón
en la pierna derecha de la cual sangra. Encabo sigue toreando,
pero por el pitón izquierdo el toro no tiene recorrido;
a pesar de todo da dos naturales muy lentos. ¡Así
se hace Encabo!
El primer toro de Valverde está
muy limitado de fuerzas y es protestado, pero el presidente
decide mantenerlo en el ruedo. El toro no se emplea en el
caballo, no obstante derriba al caballo más por poca
habilidad del piquero que por empuje del astado.
Con la muleta no hubo color, el toro no tuvo codicia y tuvo
un comportamiento soso y de poca transmisión, y el
torero le ahoga la embestida y hace uso del pico. En resumen,
de torear nada, pero hacer uso de las “posturitas”
después de cerrar una serie es el recurso que tienen
estos toreros modernos ante estas situaciones con el fin de
arrancar los aplausos del público festivalero. A la
hora de matar se tira a los bajos por convicción, creando
con ello división de opiniones.
La faena al quinto estuvo llena de altibajos. Al principio
de faena da una buena serie de redondos, sigue a continuación
con unas series mejores que otras. Con la izquierda no se
acopla, es lo más natural, ya que a los toros encastados
hay que adelantarles la muleta y llevarlos muy toreados, pero
Valverde no está por la labor.
Como supongo que detrás de cada “figura”
del toreo hay un equipo que se encarga de llevar las riendas
de sus toreros, debían crear la figura del “indicador”
para que les indiquen a sus toreros, en el caso de que se
vean en la situación de lidiar un toro encastado, que
las faenas no sobrepasen los cincos minutos. Es importante
este detalle.
Pepeillo
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