Volver a Página principal

San Isidro 2004

4ª Corrida de feria
Toros Astolfi: Procedencia: Carlos Nuñez- Línea M. González.
Terna Luis Miguel Encabo
Eugenio de Mora
Manuel Jesús “El Cid”
Comentarios El adivino

 

No sé por qué motivo, al principio de la feria me metí a adivino, porque barruntaba que esta feria iba a ser grande. La primera sorpresa positiva fue ayer, porque todo lo que había ocurrido anteriormente estaba previsto; el ganado de Escolar Gil complicado y lo de Hernández Plá por los suelos; pero la sorpresa fue que el ganado de Astolfi no se cayera, y no se cayó, aunque tampoco fue una corrida fácil, pero algunos toreros con un poquito de imaginación y valor podían haber conseguido algo más.

El primero de Encabo tuvo mucha movilidad y con toros de esas características, el triunfo depende exclusivamente del torero, aunque el toro blandeó un poco.
Fue muy mal picado y la segunda vara se la puso el piquero en la paletilla, hecho que acusó el astado. Con las banderillas estuvo en su línea, vulgar. Los tres pares fueron a toro pasado. Con la muleta estuvo en su línea de ratonero, metiendo el pico y perdiendo pasos en cada pase.
Mata de estocada tendida y hay división de opiniones.
En el cuarto veo los primeros lances de la feria con el capote. El toro se arranca con alegría al caballo pero la puya le cae trasera al picador.
En el quite llevó a cabo dos medias verónicas muy profundas.
En banderillas, aunque lo intentó no consiguió poner ningún par cuadrando en la cara del toro, excepto un par por los adentros.
La faena de muleta la comenzó en terrenos del 7, pero como su público estaba en el 5, muy disimuladamente terminó la faena en este tendido. Si los aficionados le llaman “ratonero” es por algo, pero se encontró con lo que no esperaba, que el toro se rajó, a mi humilde opinión porque se excedió en los pases de castigo, y el toro se desengañó, suele ocurrir esto en ocasiones, por eso el arte es medir el castigo al animal, tanto con el caballo como con la muleta. El caso es que el toro terminó en chiqueros y allí se echó y hubo que apuntillarlo.

El segundo toro, de buenas perchas aunque tenía el pitón izquierdo escobillado, le tocó en suerte a Eugenio de Mora y el piquero lo picó trasero. Hasta que no envíen al paro a más de uno, veo difícil que se solucione este problema. Podían hacer lo que propone mi amigo Joaquín: Hacer un círculo en el morrillo del toro y así no fallan. ¡Qué pena!
Las banderillas de El Ecijano II vulgares. En la faena de muleta saca al toro a los medios y al segundo pase le pone los pitones en el pecho. A partir de aquí el torero mostró mucha desconfianza.
El quinto negro burraco lo recibe de capote muy mal, Eugenio de Mora. En la primera vara le tapa la salida el picador, y que yo sepa esto se le hace a los toros descaradamente mansos y que huyen al contacto del hierro de la puya, pero no a los toros que se dejan picar. En lo que ha derivado el invento de Atienza.
Buenos pares de banderillas de Téllez y Víctor Cañas. Con la muleta se le ve desconfiado y como fruto de esto abrevia, hecho que es de agradecer porque el frío se deja sentir a estas horas de la tarde.

El primero del Cid es un toro muy serio, pero también es el más manso de la corrida, le tira unos gañafones que ponen los pelos de punta.
Hay un detalle de Encabo como director de lidia. Al aparecer los piqueros en el ruedo, el toro como no había sido fijado andaba por la plaza como rebaño sin pastor, y Encabo en un quite evita que el toro acuda al picador fuera de los terrenos contra querencias, llevando a cabo unos capotazos preciosos que fijan al toro.
En banderillas, los peones montan el número, y la verdad, el toro no trasmitía peligro que justificara este desastre. Tuvieron que pasar ocho veces para poner cuatro banderillas, pero como el arte y el peligro no se pude medir...
El toro con la muleta es complicado por ambos pitones, al primer pase se deja pero al segundo no traga. Mata en la suerte natural de una estocada que es aplaudida.
Saluda desde el tercio.
En el sexto, otra de lo mismo, tanto el director de lidia como el peón que tapa puerta, estaban pero no estaban y el toro entra descompuesto al piquero de reserva y este lo pica en la paletilla. Este hecho marcó el comportamiento posterior del toro.
Lorenzo del Olmo pone un buen par.
Con la muleta nada destacable. Mata de dos pinchazos. Silencio.


Pepeillo

Más crónicas taurinas de Pepeillo, pulsar aquí
e-mail de contacto: seccionfemenina@gmail.com

 

Volver a Página principal