Cualquiera que diga que un par de banderillas fue el único bagaje de toda la corrida, seguro que el lo escuche pondrá en entredicho su comentario. Así fue, los toros de Guardiola Fantoni , solo trajeron fachada y algunos algo de casta, pero al llegar a la muleta, fueron sosos, sin ningún peligro. Algunos en el caballo alimentaron esperanzas, pero se truncaron enseguida.. Hubo algunos toros que tuvieron mucha clase en la muleta pero debido a su escasez de fuerzas no hubo emoción.

El primero de Iván Vicente , debió de haberlo sometido al comienzo de la faena, ya que al toro le costaba humillar, y uno de los problemas que tuvo el torero es que le faltó mando, y siempre quedaba fuera de cacho para comenzar el siguiente pase, no teniendo continuidad la faena. En su segundo, un manso encastado que salió buscando la salida y sin fijeza, campeó a sus anchas sin que nadie fuera capaz de pararlo. Un monosabio evitó que el toro llegara a la puerta de cuadrillas cuando estaban saliendo los caballos al ruedo, haciendo el quite a cuerpo limpio, evitando con ello un accidente a los caballos y a sus compañeros. En la segunda vara volteó al caballo quedado el montado al margen del toro. La caída no tuvo consecuencias. En la faena de muleta no le dio distancia y le ahogó la embestida a un toro que no se entregó. En este toro destaco con luz propia el torero de plata Juan Carlos Aranda , al colocar el tercer par de banderillas, ganándole la cara al toro con valor, metiéndose entre los pitones del burel. Fue un gran par, al que tuvo que desmonterarse el torero.

El primer toro de Javier Valverde tuvo las fuerzas justas pero tenía la suficiente clase para ir rayando la arena con el hocico. Durante la faena de muleta el torero estuvo aseado, pero a ésta le faltó transmisión, aunque el torero se cruzó muy poco. Al quinto de la tarde lo recibió con una larga cambiada, y el toro fue protestado debido a su falta de fuerzas. Al mantenerlo el Usía en el ruedo, al comienzo de la faena de muleta el toro perdió la verticalidad y a partir de aquí toda la faena careció de interés.

Fernando Cruz tampoco tuvo suerte en su lote, aunque el torero tampoco estuvo muy fino. Al recibirlo de capote su enemigo le apretó y el torero no pudo aguantarlo. El toro acudía con celo a todo lo que se movía, pero los toreros en vez de hacer las cosa bien, su único propósito era quitárselo de encima. Con la franela el único problema que tuvo el toro es que punteaba el engaño, pero el coleta no mostró la experiencia suficiente para corregirle este defecto. El toro era una alma de la caridad. En el sexto de la tarde, en los primeros lances, el toro perdió las manos y fue muy mal picado. La primera vara se la pusieron en la paletilla. Con la muleta el toro bastante tenía con tenerse en pie, mostrando un trote cochinero que aburría, junto con el torero, a los más esperanzadores aficionados.

Pepeillo

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