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San Isidro 2006

24-5-2006 Corrida de novillos. Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo.
Toros El Ventorrillo . Encaste: Juan Pedro Domecq.
Terna David Mora : De azul marino y oro. Pinchazo y estocada en el primero de la tarde. Aplausos. Estocada trasera y baja en el 4º. Silencio.
Alejandro Talavante:
Dos pinchazos y estocada trasera desprendida y atravesada en el 2º. Petición de vuelta que se niega a dar el torero. Estocada arrancándose el novillo. Dos avisos y tres descabellos. Petición de oreja. Vuelta al ruedo.
David Esteve: De vainilla y oro. Estocada trasera de bonita ejecución en el 3º de la tarde. Silencio. Pinchazo entrando con el brazo suelto y estocada trasera en le sexto. Silencio
Presidente D. César Gomel Rodríguez.
Comentarios Quietud

 

Alejandro Talavante toreó a sus dos enemigos con técnica, temple y valor, y la espada le cerró la puerta grande en los dos novillos que mató. Las faenas realizadas al 2º y al 5º de la tarde comenzaron con distinto corte ya que los novillos eran completamente distintos también. El segundo no tenía el mismo recorrido que su primero, pero al final de la faena consiguió entusiasmar a los aficionados sacándole al burel lo que no tenía, pisando terrenos muy comprometidos y con una quietud que erizaba la piel. En su primero, un novillo sosote, comenzó la faena con unos pases por alto, continuando con tres naturales sin inmutarse dejando el sello personal de la quietud del temple y del valor sobre el albero venteño. No hubo duda, en la plaza había un torero y si el novillo no transmitía emoción a los tendidos para eso estaba él. Realizó la faena en un palmo de terreno, ligando, cargando la suerte y rematando los pases en la cadera, pasándose el novillo rozándole la taleguilla. Dio un redondo precioso, acompañado de un cambio de manos y seguido de un natural que encendió la plaza aplaudiendo. Como final de faena ofreció variedad, dando unas bernardinas con las zapatillas clavadas en la arena, que fueron muy jaleadas. Tenía el cerrojo de la puerta grande abierta, sólo faltaba volcarse sobre el novillo y clavar el estoque en el hoyo de las agujas. Pero la suerte suprema sigue dando triunfos, pero también los quita, y en este caso tocó cruz.

David Mora tuvo un primer novillo de "durce", pero tan suave de embestida que parecía un carretón, con todo y con eso, estuvo ventajista, realizando un toreo de poca enjundia. Demostró manejar el temple en algunos muletazos, esa virtud que hace grande a los toreros, pero con las ventajas que utilizó en la faena, al segundo de su lote, difícilmente alcanzará la gloria.

David Esteve tuvo que pelearse con el tercero de la tarde, un novillo reservón que pasaba el engaño con dificultad y que intentó sacarle lo que no tenía y como consecuencia de su voluntad lo arrolló sin consecuencias y a punto estuvo de echárselo a los lomos. En su segundo, un novillo de escasa fuerza como casi toda la corrida, toreó despegado y perdiéndole pasos, en una palabra, realizó el auténtico toreo moderno. Me pregunto ¿cómo nos seguimos sorprendiendo con este tipo de toreo, y por qué no aplaudimos a rabiar y a conceder orejas como hacen en otras plazas? La respuesta es sencilla, mientras haya toreros que marquen la diferencia como la marcó ayer Alejandro Talavante el aficionado tendrá que mostrar su diferencia también.

Pepeillo

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