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San Isidro 2006

31/5/2006 Corrida de toros. Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo
Toros Palha . Encaste: Baltasar Ibán
Terna Rafaelillo: De azul y oro. Estocada casi entera, tres descabellos, aviso. Silencio. Estocada casi entera perpendicular y delantera, cuatro descabellos. Silencio.
Rafael de Julia
: De verde y oro. Pinchazo hondo tendido perdiendo la muleta, pinchazo saliéndose de la suerte, estocada tendida desprendida y atravesada. Aviso y cinco descabellos. Silencio. El toro fue aplaudido en el arrastre. Cuatro pinchazos, estocada trasera y atravesada y un descabello. Aviso. Silencio. Tres pinchazos. Silencio. Pinchazo hondo atravesado saliéndose de la suerte. Silencio. El toro es aplaudido en el arrastre.
Luis Vilches: De lila y oro. Tres pinchazos, aviso, bajonazo infame y descabello. Silencio. Estocada que hace guardia, estocada casi entera, trasera. Aviso, dos descabellos. Pitos.

Presidente D. Manuel Muñoz Infante
Comentarios Profesionalidad

En estos tiempos modernos se vive a tal ritmo que lo de ayer nada tiene que ver con lo de hoy y menos con lo de mañana. No ha mucho tiempo, un torero no tenía la menor duda de que en un momento de apuro había un compañero dispuesto a echarle un capotazo. Han cambiado mucho las cosas y ayer, sin ir más lejos, los toros de Palha salieron complicados, como es una de las virtudes que puede tener un toro y cuando les castigaban, hacían hilo hacía el torero poniéndolo en aprietos. Este hecho se manifestó en el segundo tercio, poniendo en muchas ocasiones en aprietos a los toreros de plata. Pues ayer el único capote que apareció fue el de Rafael de Julia durante la lidia del sexto de la tarde, y fue en la salida de un par de un compañero de plata de la cuadrilla de Luis Vilches , los demás daba la impresión de que estaban contemplando el espectáculo en primera línea. Los toros, en cuanto a dificultades, parecían más propios de épocas pasadas, con los vicios de estos tiempos ya que algunos de ellos salieron con algún pitón escobillado, pero los toreros daban la impresión de que eran de épocas futuras.

El mejor lote de la tarde se lo llevó Rafael de Julia. Su primero, un toro de mucha fijeza y con el pitón izquierdo escobillado, puso en aprietos a los banderilleros que les tocó en suerte clavar los rehiletes, y con la muleta no llegó a acoplarse a las condiciones del toro ya que éste se tragaba los dos primeros muletazos pero al tercero comenzaba a quejarse. No obstante, el torero estuvo ventajista, toreando fuera de cacho e intentado llegar a los tendidos con la manía que ha impuesto el toreo moderno de cerrar las series de muletazos con dos pases de pecho, sin haber dado ni un muletazo en condiciones. Su segundo trajo en jaque a toda la cuadrilla y Oscar Domínguez le perdió la cara después de colocar el primer par, y tuvo que tomar el olivo de manera precipitada cayendo al callejón de mala manera. ¡A un toro encastado no se le puede perder la cara nunca!. Fue el toro más manejable de la corrida y el coleta no tuvo los arrestos que necesitaba para haberse quedado en el sitio, por lo que fue arrollado en todo momento por la acometividad del toro.

El primer toro de Rafaelillo no era nada claro, y lo mejor de la faena fueron unos doblones que el torero le dio al principio de la faena para intentar amoldar al toro, pero de poco le valió ya que el burel tiraba unos tornillazos que temblaba la grada y rebañaba con saña a la salida de cada pase. Con todo, el torero lo intentó por los dos pitones, pero el animal no se tragaba el segundo muletazo por mucho que se lo adornara el torero. Su segundo, un toro con muchos pies y unas buenas perchas, se escobilló un pitón al rematar en tablas. Le dio de salida unas verónicas con mucha valentía y trayendo toreado al toro. El astado fue muy castigado en varas, hecho que acusó. Con la muleta no permitió que el coleta se luciera, ya que en cuanto le daba el primer muletazo, tiraba unos hachazos sabiendo lo que dejaba atrás.

El primero de Luis Vilches era un toro de mucha acometividad, y acudía con mucha fijeza a cualquier movimiento que se produjera en la plaza. Fue igualmente castigado en varas y durante la faena de muleta el torero basó su faena toreando fuera de cacho y con la muleta retrasada. El toro fue de más a menos, rajándose al final. A su segundo lo recibió de capote sin ninguna fe, y como consecuencia de la mala lidia se picó muy mal pegándole en varas con saña. En la muleta el toro no humillaba y embestía rebrincado, pero el torero tampoco supo darle la lidia adecuada, porque no olvidemos que cada toro tiene su lidia y si no la tiene los buenos matadores se la inventan.

Los toreros de ayer dieron la impresión de que vinieron a cubrir el expediente, y según está el escalafón, desgraciadamente, ellos no aparecen en los primeros puestos y es de agradecerles que se apuntaran a una corrida de estas características, pero por lo menos podían haber intentado demostrar que quieren ser alguien en este mundo del toro.

 

Pepeillo

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