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San Isidro 2006

1/6/2006 Corrida de toros. Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo
Toros Adolfo Martín . Encaste: Albaserrada
Terna Juan José Padilla: De malva y oro. Estocada trasera y tendida. Silencio. Estocada, descabello, aviso, descabello. Saludos y cuando saluda tira besos a determinado sector de la plaza. Bronca.
Antonio Ferrera
: De azul claro y oro. Dos pinchazos, metisaca en los bajos, bajonazo sin piedad. Silencio. Estocada trasera, aviso y dos descabellos. Saludos desde el tercio. Tímidos aplausos al toro en el arrastre.
Domingo López Chaves:
De salmón y oro con remates blancos. Estocada caída y atravesada. Aplausos. Dos pìnchazos, aviso, pinchazo hondo y tendido. Silencio.
Presidente D. César Gómez Rodríguez
Comentarios Se fue de rositas

El que más culpa tuvo en el enfrentamiento entre Juan José Padilla y determinado sector de la plaza, que no fue ni más ni menos que el presidente de la corrida al no querer devolver un toro que a juicio de cualquier aficionado más o menos erudito debía haber hecho, se marchó de rositas y seguramente con la satisfacción del deber cumplido. Después ocurrió que el torero se puso a dar pases insustanciales a un toro moribundo, cuya única virtud era un boyante pitón izquierdo. Ese hecho provocó que le enviaran un recado en forma de petardo, y el torero se lo tomó de manera personal, y a partir de aquí no dejó de provocar a los tendidos. En el pecado llevará la penitencia.

La corrida descastada y sin fuerzas tuvo un mal comienzo ya que el primero de la tarde quiso saltar la barrera en dos ocasiones, hecho que los aficionados no daban crédito a lo que estaban viendo, y en la pelea con los caballos no demostraron nada en particular que no hubiera demostrado cualquier ganadería de las han pasado por la feria, pero tampoco los picadores hicieron por mejorar las actuaciones de sus compañeros de otras tardes que no fuera picar trasero y tapar la salida a los toros. El primero de Antonio Ferrera era un toro que no se entregó en la pelea y sabía lo que dejaba atrás, y lo de siempre, había que llevarlo muy empapado en la muleta y hacerle las cosas muy bien y, claro, eso es harina de otro costal. En su segundo estuvo valiente con los palitroques y, claro, el público estuvo a su lado debido a que el director de lidia seguía en plan provocador. Puso un par al quiebro por detrás que gustó mucho al respetable. Con la muleta el toro tenía mucha clase, pero sacó a relucir las virtudes y defectos de los "albaserradas". Da dos redondos templados llevando al toro muy toreado, pero por el pitón izquierdo el toro se quedaba a la mitad del pase investigando lo que dejaba atrás.

El primero de López Chaves fue un toro falto de raza y de fuerzas que la única virtud que tuvo con el caballo fue que se dejó pegar. Al comienzo de la faena de muleta se dobló muy bien con él, pero después cometió el error de espatarrarse demasiado para dar los muletazos, pero el toro medía y estuvo escarbando gran parte de la faena. Al natural estuvo muy digno sacándole al toro lo que no tenía. El sexto tenía guasa, un toro de aparatosa cabeza, pero no humillaba, al parecer la raza se la había dejado olvidada en la dehesa. Lo arrolló y tuvo la gran suerte de salir ileso del trance. Para entrar a matar fue un poema, ya que a ver quién era el guapo que se exponía para tan poca recompensa.

 

 

Pepeillo

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