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San Isidro 2006

12-5-2006 Corrida de toros. Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo.
Toros 1º, 2º, 3º y 6º de Garcigrande . Encaste: Juan Pedro Domecq Solís . 4º de Domingo Hernández y 6º de José Luis Pereda .
Terna David Fandila, El Fandi : De rosa y oro. Bajonazo con premeditación y alevosía. División de opiniones. Aplaudido en el arrastre. Bajonazo. Silencio.
Sebastián Castella:
De Azul y oro. Estocada baja. Oreja con tímidas protestas. Estocada baja perdiendo la muleta, aviso, bajonazo infame, aviso. División de opiniones. Aplaudido en el arrastre.
Pedro Gutiérrez "El Capea":
De verde y oro. Estocada al "rincón de Ordóñez" y atravesada. División de opiniones. Pinchazo hondo trasero y cuatro descabellos. Tímidos pitos.
Presidente Preside la corrida D. César Gómez Rodríguez.
Comentarios Valor

 

No hay duda de que para torear, y de paso hacerlo bien, hay que tener valor, pero también otras virtudes. Como he dicho en otras ocasiones, es muy fácil; tres palabras marcan la diferencia del torear al pegar pases: parar, mandar y templar . Y siguiendo con esta línea habrá que decir también que el toreo es de "arriba hacia abajo" y de "fuera para dentro" ajustándonos a los terrenos del toro y del torero. Ese es el concepto que aplican los aficionados para diferenciar a los buenos toreros de los menos buenos. Por algo será. Lo único que puedo decir a favor de los que no lo realizan es que no debe ser fácil, porque sino todos ejecutarían el torero caro, el que da los "billetes verdes".

Después cada aficionado puede decantarse por sus propios gustos, pero no debemos olvidar que una cosa es el valor intrínsecamente y otra muy distinta aplicarlo en el momento adecuado. No hay duda de que ayer Castella estuvo muy valiente. Con su primero, pisando y aguantando sin inmutarse terrenos casi prohibitivos, pero ese toro necesitaba otro tipo de faena, es decir, necesitaba un torero que hubiera intentado interpretar el toreo. Con su segundo, un toro que empujó en el caballo con mucha clase, pero que en la muleta se quedaba corto, estuvo muy valiente también, aguantándole las tarascadas que pegaba. Fue un toro que tenía mucho que torear, pero debía haberle bajado la mano para intentar someterlo.

El Fandi recibió a su primero con unas verónicas templadas y muy ajustadas. El toro en el caballo no se empleó, pero lo que sí agradeció el público aficionado fue la variedad que hubo en los quites. Primero El Fandi , después Castella y posteriormente El Fandi. Hubo chicuelinas, gaoneras, tafalleras y larga cordobesa. Bonito de verdad. En la colocación de los rehiletes demostró unas condiciones físicas dignas de mención. Pero llegó la hora de tomar la muleta y torear. El toro tenía un buen tranco al acudir al engaño, pero, ya lo decía un aficionado, a la tercera serie de mantazos, y viendo las condiciones del toro, tenía que haber puesto la plaza boca abajo, pero...

Su segundo, un toro mansote que rehuyo la pelea en varas, se lució de nuevo en el tercio de banderillas, poniendo todas sus facultades al servicio de la suerte, lo que agradeció mucho el respetable que le premió con una gran ovación. Pero con la muleta transmitió muy poco, el toro metía la cabeza con claridad pero El Fandi no estaba por la labor de aprovechar la oportunidad que le brindaba este hecho. Toreaba al hilo del pitón. "Ponte en tu sitio", le decía algún aficionado, pero él a lo suyo.

El Capea. Eso fue ya otro cantar. Torero sin gracia. Soso. Y lo más importante, sin ganas de agradar. En su primero comenzó la pelea con las manos por delante, lo que delató su escasez de fuerzas. Aunque fue protestado, el presidente decidió dejarlo en la arena. La suerte de picar fue una autentica pantomima, destacando un buen par de El Puchi. Con la muleta toreó fuera de cacho, tomando la muleta por el extremo, metiendo el pico en todos lo muletazos. A Madrid no se viene con esa mentalidad torera. En su segundo toro lo único destacable fue un quite de El Fandi durante el primer tercio, al derribar el toro al montado. Picó un Sr. que hace llamarse Ángel Rivas, y peor no creo que lo pueda hacer. Espero que de seguir así se remplatee su situación profesional. Con la muleta lo único destacable fueron unos muletazos por bajo para fijar al toro, pero el torero tampoco tenía las ideas fijas de llevar a cabo una faena torera, así que comenzó a dar pases y pases pero ninguno de calidad, lo que originó que el público desconectara rápidamente de lo que ocurría en el ruedo adelantando unos minutos la finalización de la corrida.

Pepeillo

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