Símbolos de mujer

Desde que los humanos hacemos vida social hemos estado rodeados de símbolos. Los símbolos tienen una enorme carga de contenido y por sí mismos expresan algo que no cabría en un "paper" que se presenta a un congreso. Son elementos culturales que, una vez que se afianzan, se agarran como una garrapata a las costumbres sociales y no se despegan ni con el mejor antiparasitario.

Los símbolos afianzados en el mundo femenino dependen de por donde sale o se pone el sol. Así, en oriente impera el símbolo del velo y como todo lo cubre, no da lugar a más simbología secundaria. La mujer es invisible para la sociedad, sólo en su casa puede dejar de ser un bulto. En occidente prevalece la bata de boatiné(1), que también es de naturaleza envolvente y aunque se emplea como excusa para combatir el frío, su uso denota una condición de mujer hogareña. Al contrario del velo que oculta del mundo exterior, la bata de boatiné se centra en cubrir las formas dentro del hogar. Existen excepciones en ciertas zonas rurales en las que este símbolo también se utiliza a la intemperie, generalmente cuando se visita a vecinas o familiares.

La calidad y sofisticación de la bata de boatiné varía en función del entorno rural o urbanita así como de la condición social de la mujer. En las magníficas tiendas de lencería del señorial barrio de Salamanca es posible ver en los escaparates modelos camuflados de rasos guateados de colores pastel. En los mercadillos se pueden adquirir estas prendas sin ningún disfraz, con estampados en vivos colores. Hay por tanto una oferta que cubre todos los segmentos de la escala social.

La bata de boatiné no llega a eclipsar a otros símbolos secundarios que no compiten con ella, sino que la complementan. Uno de ellos es el carrito de la compra , evolución de la cesta a la que se le añaden ruedas para su más fácil transporte por la mujer cuando alcanza una edad madura. Esta simbología secundaria tiene un comportamiento diferenciado en las mujeres de mayor poder adquisitivo que, aunque sean propietarias del símbolo, lo delegan en la asistenta. Están por tanto liberadas de este San Benito.

¿Por qué persisten estos símbolos a día de hoy? Una mujer que se precie de evolucionada debería rechazar esta simbología que la liga a la vida casera falta de alicientes. Nos llevamos las manos a la cabeza por el velo islámico mientras que nos colocamos una bata de boatiné nada más llegar a casa. Miramos con lástima a los homeless que arrastran un carrito con sus enseres y no nos damos cuenta de la pena que damos con nuestro carrito de la compra.

La solución no va por acercar posiciones con los hombres, cayendo en manos del chándal, en esto la paridad es perniciosa. Debemos cultivar nuevos símbolos que representen a la libertad, la sabiduría, la audacia, el glamour, pero los diseñadores aún no han percibido nuestras necesidades.

Lula

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(1) Bata acolchada de estar por casa, vean una muestra de Canal nostalgia. Esta prenda fue el origen de la fortuna de los dueños de Zara, de la bata de boatiné a las prendas de usar y tirar. Este empresario siempre ha sabido anticiparse a los tiempos.