El intelectualoide
Entre los más curiosos personajes de la fauna humana de nuestros días, figura el aspirante a intelectual o, mejor dicho, a «intelectualoide«. No precisa matricularse en ninguna facultad universitaria. En la mayoría de los casos le basta con leerse unas cuantas recensiones de los libros de actualidad, memorizar una serie de citas para «largarlas», venga a cuento o no, en la primera ocasión que se le presente, asistir a alguna tertulia, o sentarse en un...
