Los argentinos"YA" votamos

Parece mentira que hayan pasado casi cuatro años desde que escribiera aquel artículo en Sección..., “Los argentinos vamos a votar”.
Ya estamos otra vez en la misma y todo sigue igual. No, en realidad no sigue igual, sigue peor.

Primeramente cambiaré el título del artículo por: “Los argentinos ya votamos”. Y digo bien, “ya votamos”, porque dado el estado de cosas en este lejano país del sur, las cartas ya están dadas (aunque sea “mal don”).

Lo que sigue igual, como dije en el relato anterior, son los rostros de los señores y señoras aspirantes al trono que empapelan la ciudad, aunque con una diferencia: todos saben que van por el segundo puesto. Un segundo lugar que no servirá nada más que para poder “negociar” las migajas cuando se sirva la cena (y no precisamente “la última”).

Muchos se preguntarán como es esto del “ya votamos” al que me refiero. Muy simple: dado que nuestro sistema de gobierno ha pasado de ser el democrático presidencial, a la monarquía mas absoluta y que cumple con la definición del término: “forma de gobierno en la que el monarca tiene el poder absoluto y es designado según un orden hereditario”, ya tenemos el reemplazante... (En este caso la...)

Y así están las cosas, ya ni siquiera sufrimos del virus “Abulicus Politicae” que causaba pandemia en épocas de elecciones. El suministro de altísimas dosis de “Resignación 200mg” dio su resultado: a nadie le importa un bledo la votación y llego a la conclusión (vergonzante) que si votar no fuera obligatorio, las urnas (lugar para depositar los votos o las cenizas de los muertos), alcanzarían aunque tuviesen el tamaño de un estuche para rapé.

Por eso el domingo 28 de octubre, vestiré mis mejores galas y esperaré paciente el acto de coronación del nuevo monarca, que heredó el trono de su antecesor siguiendo la línea matrimonial, mientras la plebe, harapienta, intentará besar la mano del rey (mejor dicho, reina) cuando pase camino al palacio (un poco deteriorado en su pintura color rosa Dior), llevando el cetro heredado. Los bufones (léase medios de prensa ¿libre?), saltarán haciendo sonar los cascabeles de sus cámaras digitales intentando tomar “el mejor perfil” de la soberana, aquel en el cual el “botox” aún no se ha caído.

Y el lunes, después de haber votado, esperaremos la lectura del bando del día en el que, sin lugar a dudas, se nos agradecerá haber dado nuestro voto y llamarnos a silencio hasta dentro de cuatro años, cuando la línea sucesoria nos vuelva a indicar quien será el heredero al trono.

Lica
2007

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